Si hay algún sitio privado, caro y exclusivo al que se pueda entrar, allí está @aquísandrax. Esta tiktoker española asentada en los Estados Unidos se hizo muy conocida por pasar varios meses viviendo en Hawai (y contarlo) y por ser una de las afortunadas que ha cenado en Gekko, el delicioso restaurante asiático de Bad Bunny en el que un filete te puede costar hasta 1.200 euros.
Ahora, la simpática creadora de contenido ha introducido a todos sus seguidores en el Gee Gym, un gimnasio privado de Florida que está abierto durante las 24 horas del día, pero al que no todo el mundo puede acceder. Lo que Sandra quería comprobar es si sus instalaciones valen lo que cuesta, pues la suscripción a esta exclusiva sala cuesta la friolera de 200 dólares (unos 183 euros) al mes.
Es cierto que, al entrar, el gimnasio tiene un rótulo en neones y un foco de luz preparado para que te hagas el mejor de los selfies con su logo; que hay grafitis en las paredes, espejos ideales para hacerse una foto-espejo de cuerpo entero, máquinas expendedoras con suplementos proteínicos en las que también te puedes grabar, medidores de masa corporal y hasta la cara de Dalí en las tapas del WC del baño, pero, aparte de esos detalles muy teen, la sala de ejercicio es corriente y moliente.
O, por lo menos, aunque sean máquinas de calidad, no tanto como para costar 200 dólares al mes, según la propia Sandra, que esperaba que el recinto también tuviera una sauna.
Como tiktoker, ella ha disfrutado de una jornada de duro entrenamiento, si bien es conocida por ser una abanderada del body positive. En su adolescencia, Sandra formó parte del equipo de animadoras en un instituto americano y sufrió la presión de tener que lucir el cuerpo perfecto. Muchos años después, es una joven sana y triunfadora que está a gusto y orgullosa de su físico.