En verano las redes sociales se llenan de fotografías y vídeos de influencers que suben sus posados en bikini o presumen de lo espectaculares que están siendo sus vacaciones en las que disfrutan de paseos en barco y pasan las semanas sin parar de visitar nuevos lugares o sus destinos favoritos.
Una de las influencers que en este caso también ha querido compartir fotografías y vídeos de sus vacaciones en Nava del Barco (Ávila) ha sido Alba Carrillo. La colaboradora de televisión ha subido a su perfil de Instagram un carrusel de fotografías en las que se le puede ver en bikini en mitad de un paraje natural espectacular.
La exmodelo ha disfrutado mucho de esos días de vacaciones que ha compartido a través de su perfil de Instagram con un post en el que ha escrito: “Si tú saltas, yo salto!!! La felicidad son momentos que te das cuenta que lo fueron cuando pasa el tiempo… Sé que este vídeo lo repasaré en bucle en unos años”.
Esta publicación no ha tardado en llenarse de comentarios, la mayoría de ellos señalando sus seguidores lo mucho que se alegran de verla así de feliz; sin embargo, uno de ellos incluía un mensaje muy desafortunado sobre su físico: “Se te ve feliz, pero ojito que estás engordado un pelín”, escribió en el post una de sus seguidoras.
Alba Carrillo no ha querido pasar de este comentario, ya que estos pueden afectar no solo a la persona que los recibe (ella, en este caso), sino también a sus seguidores que puedan leerlos y comparar su cuerpo con el de la exmodelo; así que ha respondido diciendo: “No estoy engordando. En agosto no entreno, pero créeme que estoy estupenda en todas mis analíticas y la ropa me queda fetén”.
Ha querido dejar claro también lo dañinos que pueden llegar a ser este tipo de comentarios que a menudo los famosos reciben a través de las redes sociales: “Comentarios como ese pueden hacer mucho daño y son más peligrosos que saltar de una roca. Yo sé perfectamente cómo estoy y no me haces dudar, pero una personita en crecimiento puede sentirse insegura ante su cuerpo y luego vienen los disgustos”.
“Deberíamos ser más cautos con las apreciaciones, no objetivas, a los cuerpos propios y ajenos”, sigue diciendo y concluye: “Te presto mi cuerpo cuando quieras y me dices cómo te sientes. Vas a flipar, pero con el cerebro ya ni te cuento”.