Cada verano se vuelve a hablar en las redes sociales del complejo del salvador blanco, ya que vemos como influencers o nuestros conocidos van a países africanos para hacer voluntariado y ayudar a la población, en muchas ocasiones exponiendo a los menores en internet o compartiendo vídeos y fotografías de los comportamientos de las personas que residen en la zona como si de un circo se tratase.
Pues bien, la última influencer en ser criticada por su viaje, en este caso a Tanzania, ha sido la valenciana Teresa Andrés Gonzalvo que se casó el pasado 8 de julio con su pareja Ignacio Ayllón y tras pasar unos días en París (donde asistieron al concierto de Coldplay) han continuado con su luna de miel en Tanzania.
La influencer está compartiendo gran parte de este viaje a través de su perfil de Instagram, donde le siguen más de 747.000 personas, y en las últimas horas su nombre ha pasado a ser tendencia en Twitter por algunas de las fotografías y vídeos que ha subido a la red social de la camarita.
Ha sido precisamente el politólogo Pablo Sánchez, director del proyecto de The Health Impact en Líbano, quien ha escrito un hilo en Twitter en el que explica por qué la vergüenza que siente al ver las fotografías de Teresa es “estratosférica”.
El hilo de Pablo Sánchez acumula ya más de 36.000 retuits y 105.000 likes, y en él empieza diciendo: “Irse a un país a miles de kilómetros durante un par de semanas para ‘ayudar’ a la población y conocer su modo de vida no es voluntariado, es negocio. La pobreza se convierte en un atractivo turístico y los niños en ‘algo con lo que hacerse fotos’. El efecto que tiene es devastador”.
A continuación, Pablo ha explicado las razones por las que este tipo de viajes tienen un efecto devastador: “La primera es la romantización de la pobreza y su normalización. El típico ‘qué felices son con tan poco’, lo cual es una mercantilización de la desigualdad como algo que merece ser visitado y celebrado. La gente quiere comida, techo y trabajo, no tus fotos”.
Ha querido dejar claro también que “el fin de estos viajes es de carácter personal, no solidario. Además, quienes hacen estos viajes reproducen ese complejo de salvador blanco que cree que su presencia es necesaria para resolver los problemas cuando la inestabilidad de estos países es lo que Occidente provoca”.
“Las diferencias culturales no son algo que admirar como si fuera un zoo, como si las personas fueran animales. ¿Os imagináis que alguien os hiciera fotos mientras coméis en el McDonald's? Así se ven este tipo de cosas”, concluye.
Aunque el hilo de Pablo se ha vuelto muy viral, él no ha sido el único que en las últimas horas ha criticado a la influencer; aunque también hay personas que han salido en su defensa: “Medio día habéis tardado para empezar a criticar a Teresa Andrés Gonzalvo en su luna de miel por hacer buena amistad con la gente encargada de enseñarles la cultura de la zona. Pesadez absoluta”, escribe por ejemplo David.