David Tuckfield, su mujer Tanya y su hijo Shelby vivieron una pesadilla en altamar: un tiburón los persiguió durante una hora y trató de morder el motor del barco generando pánico en la pequeña tripulación. Lo que era un día de pesca normal, se convirtió en un día que la familia australiana nunca olvidará gracias a al peligroso visitante.
El padre, David captó toda la secuencia con su teléfono, en donde se ve cómo el depredador persigue el bote durante una hora entera y ataca el motor de éste lo que provocó terror y gritos entre los pasajeros. Navegaron durante 60 minutos creyendo que el gigante y peligroso animal se cansaría pero no los dejó en paz durante ese tiempo en las costas de Mandurah, una ciudad ubicada en Perth en las costas de Australia.
En una entrevista para un medio local la familia manifestó que se encontraba "hipnotizada" por lo que estaba ocurriendo sin poder dar crédito a sus ojos: “Trató de destrozar el motor, quitarle un pedazo. Estábamos hipnotizados con lo que estaba pasando. Uno no los aprecia hasta que los ve de cerca, nadando en su propio hábitat”.