Sin duda, la entrada de Blake Lively por la alfombra roja de la Met Gala dejó a todos boquiabiertos. La actriz junto a su marido, Ryan Reynolds, lo han hecho una vez más y han sido los protagonistas especiales de la noche, no solo por ser una de las parejas más queridas del mundo del espectáculo sino por sus looks.
Como todos los años, la gala del Museo Metropolitano de Nueva York, acoge a las figuras de la moda y del espectáculo más importantes bajo un lema en concreto que guía los vestuarios que desfilarán los invitados durante la velada. Este año fue el turno de la 'Gilded Glamour' o 'el glamour de la edad dorada' de Estados Unidos, gracias a la exposición que tendrá lugar dentro de pocos días en el museo llamada 'In America: An Anthology of Fashion'. El periodo que transcurrió entre 1870 y 1890 al que se rinde tributo, se categoriza como una etapa de prosperidad y libertad en La Gran Manzana. Un claro mensaje al mundo tras dos años de pandemia y en plena recuperación.
Como era de esperarse, Atelier Versace se ha esmerado por crear una obra de arte para la anfitriona de la velada. Al principio de la alfombra roja vimos cómo la mítica 'Serena Van der Woodsen' de Gossip Girl llevaba un lujoso vestido color bronce con detalles nude. A la vez este era adornado con joyas y unos guantes largos que hacían juego con el lazo de seda que rodeaba las caderas de la joven y conformaban de manera armoniosa todo el atuendo. Pero dé repente algo ocurrió.
En medio de la sesión de fotos que le estaban realizando a la bella actriz, un equipo de organizadores del evento se acercó a la joven y comenzó a desarmar el lazo y la cola del vestido. Es allí cuando en cuestión de segundos, la confección se transformó en una pieza de confección digno de la realeza, pero ya no era solo bronce, sino que dominaba en su larga cola un verde con turquesa.
Lo cierto es que todo tiene una explicación. Este año la histórica marca de moda, quiso hacer un guiño a la temática en cuestión representando a diversas y míticas esculturas y edificios de Nueva York. Es así como los colores del primer atuendo representan los primeros colores bronce que lucía la Estatua de la Libertad cuando los franceses se la obsequiaron a Estados Unidos en 1886 por el aniversario de la independencia, pero gracias al proceso de oxidación por el paso de los años, se tiñó de ese turquesa verdoso, el mismo que lucía Lively por la aterciopelada alfombra roja.
Y aún hay más. La corona que llevaba la co anfitriona de la noche, contenía siete picos, los mismos que se pueden apreciar en la Estatua de La Libertad y representan los siete mares y los siete continentes que hacen una oda a la libertad y a la migración que recibió Nueva York en aquella época. Además, las figuras geométricas que contienen el cuerpo del vestido y que acentúa la espectacular silueta de la californiana, representan al Empire State y las constelaciones de la cola del vestido, son las mismas que se encuentran en el techo de la estación Grand Central de la querida ciudad que nunca duerme.
Esta edición de la significativa velada ha dado de que hablar sobre todo por los atuendos que se han visto modelar por celebridades como Kim Kardashian quien lució el mismo vestido que Marylin Monroe cuando cantó el mítico 'Happy Birthday Mr. President' o Billie Eilish quien cautivo con su conjunto Gucci que representa fielmente el retrato que realizó el pintor norteamericano John Singer Sargent en 1885 de Madame Poirson, la joven marquesa francesa de la época.
Además España dejó su huella de la mano de Rosalía, una de las invitadas de honor del evento. La artista catalana deslumbró a todos con su vestido de Givenchy que contaba con icónicas referencias de 'Motomami' tales como sus gafas de sol futuristas o las mariposas de su espalda, pero sin perder la línea acorde a la temática del año.