Rigoberta Bandini no deja de dar titulares. La cantante, que vive su año dorado después de ser segunda en el Benidorm Fest y tener una agenda llena de conciertos para los próximos meses, se ha convertido en uno de los fenómenos musicales más destacados de los últimos meses.
'Ay, mamá' se ha convertido en apenas en unos meses en un hit con millones de reproducciones en Spotify. Pero el triunfo de Rigoberta Bandini no nace de "Ay, mamá". En estos dos años de trayectoria musical, es autora también de himnos como "Perra", "In Spain we called it soledad" o "A ver qué pasa", esta última canción para un anuncio de una famosa marca de cervezas. No es de extrañar que la lista Forbes la considerara en 2021 como una de las cien personas más creativas en España. Talento hay y mucho.
La cantante catalana ha concedido este fin de semana una entrevista a "El Español" trufada de sorprendentes afirmaciones y reflexiones. La que se ha llevado al titular y ha generado más controversia es la que hace referencia al presunto 'machismo' que ella habría detectado en la película 'Notting Hill'. "El otro día la volví a ver y casi vomito. Nos tragábamos cosas que ya no podemos ni tolerar, pero no sólo nosotras, sino también nuestras parejas, y eso me hace muy feliz. Mi pareja fue el primero que me dijo: 'Esto es lo más machista que he visto en mi vida', y le dije que sí, que totalmente, pero a mí antes Notting Hill me encantaba", ha dicho Rigoberta en la entrevista. La cinta, un clásico del cine romántico, está protagonizada por Hugh Grant y Julia Roberts y cuenta el flechazo que un vendedor de libros siente cuando entra en su tienda una gran estrella de cine.
En la entrevista, Rigoberta también cuenta el momento en el que ya se sintió mujer. "Mi cuerpo se desarrolló muy pronto: a los doce años ya tenía mucho pecho y me sentí como forzada a ser mujer desde muy niña. Y en realidad era muy infantil, y me di cuenta ahí de la presión que sentimos como mujeres desde que nuestros cuerpos se desarrollan y pasamos a formar parte del saco de las ‘deseadas’, de las ‘posiblemente follables’, de las sexualizadas", explica.
En su charla sobre el papel de la mujer, Rigoberta confiesa que al principio ella rechazaba considerarse 'feminista'. "Descubrí el feminismo hace relativamente poco, hace diez años, como a los veinte. Y me di cuenta de la de cosas que nos quedan por luchar; y de que el discurso de que somos enemigas las unas de las otras era patriarcal y falso: en realidad no tenemos ningún problema. Unidas somos más fuertes, y todo esto… sé que puede sonar muy panfletario, pero a mí el feminismo me ha dado mucho poder. Siendo más joven decía que no era feminista porque yo no estaba enfadada con los hombres: no entendía nada (ríe). Me parecía como de amargada. Es lo que me habían vendido. Después entendí que no cabía la posibilidad de no ser feminista. Es unirnos en la lucha y en la celebración, en la educación… es fascinante. Ser mujer para mí, en algún momento sigue siendo un coñazo, no te voy a mentir, pero en otros muchos no", cuenta.
Para Rigoberta, ser feminista es hacer "lo que una le salga del coñ...". Como casarse. "A mí me apetece casarme y me suda el coño (ríe). Al final hay muchas voces y muchas teorías, pero hacer lo que a una le apetezca también es feminismo, y a mí me apetece casarme y a mi pareja también y vamos a hacerlo y ya está. Es lícito sólo por eso", explica.
En la entrevista, Rigoberta dice sentirse "catalana y española", que prefiere a C. Tangana como Rey que a Felipe VI y deja un dardito para Chanel: "Ella es una artista y defiende la canción. Claro que hay letras que me resultan más interesantes que ésa, qué quieres que te diga… lo siento".