Rigoberta Bandini no está molesta por no ganar el Benidorm Fest y ser privada del sueño de ir a Eurovisión. En una entrevista publicada este miércoles en el diario "El Mundo", la cantante catalana confiesa por primera vez cómo se sintió cuando vio que Chanel se llevaba el triunfo y sería la representante española en Turín. "En el momento en que no ganamos hubo algo en mí que se puso muy feliz. Comprendí que tenía todo el sentido estar allí para alcanzar un público al que nunca habría llegado, pero que igual ese no era mi camino", señala.
La artista, toda una revelación musical en estos últimos meses, competía con la canción "Ay, mamá". Un tema sobre el feminismo y la figura materna que acabó convirtiéndose en el gran éxito de la preselección. Tanto es así que es la actuación más vista en Youtube y alcanzó el puesto 3 en la lista de éxitos de Spotify en España. "Yo es que a veces soy muy mística, de creer que todo lo que tiene que ser, es, y lo que no tenía que ser, no es. Ay mamá había recibido tanto apoyo y amor que esta victoria me queda para siempre. Ir a Eurovisión sería superdivertido, pero prefiero que mi canción haya pasado a ser de la sociedad", admite.
En la misma entrevista, Rigoberta habla abiertamente sobre cómo la fama le ha cambiado y qué necesita ahora que su nombre sale en todos los medios. "Cada día me paran por la calle, pero es muy llevable. Es raro y muy nuevo. Noto que después de este boom necesito hacer cosas con mi núcleo, mis amigos, mi familia... Necesito conectar conmigo a través de mi gente, volver a mi centro porque es muy fácil que la energía se te disperse con tanto ruido alrededor. Mi única obligación ahora mismo es ponerme el paraguas para que todo ese ruido externo no me quite lo más preciado: escribir sobre lo que quiero de verdad", cuenta.
Al igual que en su comentada entrevista en "El Español", Rigoberta también habla de su parte feminista. La cantante admite que de pequeña prefería ser un niño - "Cuando era muy pequeña decía que quería ser un niño: me parecía más divertido. Después me feminicé muchísimo" - y de que duda sobre quién ha inventado el género. "Nosotras sangramos una vez al mes y eso nos hace más vulnerables, está claro. Pero no todas las mujeres sangran una vez al mes, para empezar (...) ¿Qué es ser mujer?¿Lo que me han dicho que tenía que ser? ¿Lo que soy ahora? ¿Lo que seré? Lo que sí sé es que ahora mismo ser mujer es más cómodo que nunca, en este momento vital", explica.
En su camino hacia el feminismo, Rigoberta también admite que al principio le parecía absurdo usar el femenino al hablar en genérico. "Pero con los años me siento más cómoda con el femenino, es algo que me alivia", concluye.