Una vez más se ha vuelto a producir y nos hemos quedado en shock tras conocer la noticia. La muerte de una adolescente por hacerse un selfie temerario. Otra más que pierde la vida por arriesgarse demasiado. Tenía solo 28 años y todo se produjo de repente cuando se hacía una divertida sesión de fotos con sus amigas, pero una caída accidental de la azotea en su barrio de Sarrià en Barcelona, acababa con su vida.
Nada se pudo hacer por ella tras precipitarse al vacío. El trágico suceso que ocurrió el pasado 31 de octubre ha trascendido ahora a partir de las investigaciones de los Mossos d'Esquadra y esto nos ha recordado otros capítulos similares en los que por tener la mejor foto se ha corrido un riesgo muy elevado.
Le sucedió a la modelo e influencer, Madalyn Davis, con 21 años por buscar el selfie perfecto y también le ha pasado a otros que se han puesto al límite por sacar una foto. Sin embargo, estas noticias que, cada vez son más frecuentes, parece que no disuaden del peligro que a veces se corre por ganar más 'likes' o, por el hecho de impresionar con nuestras publicaciones.
Estos no son casos aislados. Los accidentes por este motivo se han ido multiplicando y ya, por desgracia no nos resulta ni tan extraño ni lejano casos como el de Gifi Wu en Taiwán que murió al caerse por un barranco de Taiwán al tratar de hacerse un selfie en bikini o el de un chico que en 2016 cayó de la Roca del León en Hong Kong por buscar allí hacerse un peligroso selfie.
Esta especie de anestesia a algo que es grave no deja de darnos cifras por las que sí que tendríamos que empezar a preocuparnos. Porque por desgracia hay un ranking en el que España sí que ocupa las primeras posiciones sin ser precisamente en algo nada bueno. Se trata precisamente de esas muertes causadas accidentalmente por selfies. En él estamos los cuartos, solo por detrás de EEUU, India y Rusia, según un estudio de la agencia de marketing digital Estudio 34.
Esto mismo, pero a nivel internacional lo ha recogido también un grupo de investigación de la All India Institute of Medical Sciences de Nueva Delhi. Sus conclusiones son que desde el 2011 los 'killies' (tal como se conoce a los accidentes o muertes por selfie) han ido aumentando. Tanto es así que se está proponiendo señalizar ciertas zonas como "áreas sin selfies" para evitar muertes por accidentes en acantilados o precipicios.
Esta investigación dela All India Institute of Medical Sciences de Nueva Delhi también ha determinado que la mayoría de los muertos por selfie tienen entre 10 y cuarenta años; y el 72.5% de los muertos por selfie eran hombres. Las redes sociales y la confianza extrema en uno mismo y en las capacidades físicas tienen mucho que ver en que sean los más jóvenes los que más se arriesgan por una buena foto y tengan más peso dentro de este porcentaje.
Y a la espera de que se haga en este fatídico 2020 un balance y teniendo en cuenta que la pandemia ha limitado mucho las salidas, se han registrado mínimo hasta cuatro muertes por selfie, contando con este último caso de la joven de Barcelona.