Un equipo de investigadores de la All India Institute of Medical Sciences de Nueva Delhi ha publicado un estudio en el que reúne 259 muertes por killfie, o lo que es lo mismo, selfie mortal, entre 2011 y 2018.
Resulta que India es el lugar del mundo en el más muertes por killfie han sido reportadas, razón por la cual estos investigadores indios decidieron iniciar una investigación. Solo durante el año 2015 murieron 76 personas en India mientras se hacían una foto. Una de esas muertes fue la de un turista japonés que se cayó mientras se hacía un selfie en las escaleras del Taj Mahal.
Las conclusiones de este estudio no son nada esperanzadoras: con el paso de los años las muertes intentando sacarte una foto perfecta han ido en ascenso: "el verdadero problema detrás de estas muertes necesita ser abordado", dice el estudio.
Además, los médicos indios creen que ahora que han instaurado 'la muerte por selfie', el número de muertos se incrementará, ya que, hasta ahora, si una persona moría atropellada en la carretera mientras se hacía una fotografía, en la causa de la muerte se especificaba "atropello". De ahora en adelante, al menos en India, 'killfie' será una causa de la muerte.
Estos investigadores proponen la creación de "zonas no-selfie" para prevenir, al menos, las muertes de los turistas que quieren inmortalizarse en ciertos espacios, como acantilados, miradores o plataformas sobre el agua.
Más datos sobre las muertes por killfie
El 72.5% de las personas que murieron mientras se hacían una fotografía eran hombres.
Solo en 2017 hubo 93 muertes por selfie en el mundo.
La causa más común de muerte por selfie es el ahogamiento. 70 de las 259 muertes por selfie fueron de personas que se cayeron al agua intentando hacerse una buena foto.
142 de las killfies eran fotografías de riesgo, es decir, que había posibilidades de morir haciéndose esa foto (como la gente que se cuelga de edificios).
La gran mayoría de los muertos por selfie tenían entre 10 y 40 años. Solo 17 personas tenían más de 40 años.
11 personas murieron por un disparo accidental de su arma porque pensaron que era muy guay hacerse una foto con un arma cargada apuntando a su cabeza.