Ahora que la situación con el coronavirus está más controlada, gracias en parte a las vacunas, hay muchas personas que ya están empezando a organizar las vacaciones. Antes de decidir un destino u otro, una de las cosas que más se miran es lo caro que cuesta allí el alojamiento, el transporte o vivir allí. Sin embargo, por muy previsor que hayas sido, eso no quita que puedas llevarte alguna sorpresa como la que se llevaron dos turistas al tomarse algo en Mykonos.
Han sido las propias turistas estadounidenses quienes han criticado la suma de dinero que tuvieron que pagar en un restaurante de la isla griega el pasado 11 de mayo.
Quienes sufrieron esta "estafa" son una madre y una hija estadounidenses que tuvieron que pagar alrededor de 600 euros por haberse tomado nada más y nada menos que dos bebidas y un snack que compartieron entre las dos.
Han sido ellas quienes han contado lo ocurrido al diario local 'Proto Thema', que se ha hecho eco de lo que estas dos turistas consideran una auténtica injusticia.
La madre contó a este medio que habían aprovechado el día para disfrutar de la playa y tomar algo juntas; así que, decidieron entrar a un restaurante que encontraron en la zona, donde pidieron dos cócteles y una porción de patas de cangrejo.
Estuvieron unas tres horas allí sentadas disfrutando de las vistas y charlando, pero cuando les llegó la cuenta no se podían creer lo que allí ponía y es que tenían que pagar nada más y nada menos que 598,92 euros por lo que habían comido y bebido.
Además, parte de este dinero, el 15%, hacía referencia a la propina que sin siquiera consultarles le habían cobrado.
Nada más ver cuánto era lo que tenían que pagar, las comensales se negaron a hacerlo, pero, según dijo la madre a los medios, desde el restaurante la amenazaron diciéndole que sabían dónde vivían.
"Al marcharnos de ahí, los lugareños del pueblo me comentaron que los clientes alertan constantemente a la policía sobre incidentes similares relacionados con este restaurante específico, aunque nunca se hace nada", informó la mujer a la persona que les había organizado las vacaciones, su agente.
Ahora, aseguran que pondrán una denuncia y ha pedido al organizador del viaje que en el futuro avise a los turistas de cuál es el precio que tendrán que pagar por tomar algo en ese restaurante para que así puedan decidir si ir o no.