¿Te imaginas con tan solo seis años de la noche a la mañana, sin haber hecho nada, tener 250.000 libras, es decir, casi 300.000 euros y una propiedad? Pues bien, esto es lo que le pasó a Katie Loveridge, una chica que actualmente reside en Kidderminster, Inglaterra, y tiene 27 años.
Cuando Katie tenía cuatro años conoció a un amigo de su padre llamado Wilfred Lamb que por aquel entonces tenía 72 años. El ingeniero jubilado era para la niña como su abuelo, se llevaban de maravilla y empezaron a pasar mucho tiempo juntos hasta que desgraciadamente, dos años más tarde, el hombre falleció.
Para la niña fue un momento muy duro, pero no podía imaginarse ni entender lo que la muerte de ese hombre significaría para ella. Tan solo ocho días antes de su fallecimiento Wilfred Lamb había modificado su testamento para eliminar de él a toda su familia y dejarle todo su dinero a Katie, que por aquel entonces solamente tenía seis años.
Este movimiento de última hora del exingeniero, como era de esperar, no gustó en absoluto a su familia que en ese momento inició una disputa legal contra la niña de seis años. Han pasado 21 años desde ese momento y Katie ha querido contar su historia al medio británico Mirror.
Cuando Lamb puso a nombre de Katie su herencia jamás podría haber imaginado de qué manera eso iba a repercutir en su vida: "Yo era una niña pequeña que nunca pidió nada de esto. Sinceramente, desearía no haber heredado nada porque el dolor no ha valido la pena", asegura la joven a Mirror.
"No sé qué es una vida normal y esto me ha torturado. Esa herencia no valió la pena. Me da vergüenza salir de casa porque la gente se me acerca por la izquierda, la derecha y el centro pidiéndome dinero. Incluso he tenido novios que me robaban dinero del bolso", confiesa Katie. La vida de esta chica se ha visto completamente condicionada por la fortuna que heredó cuando tan solo era una niña.
Todo el mundo quería una parte de la herencia, comenzó una batalla judicial entre la familia de Lamb y Katie e incluso se entendió que el hombre había abusado de ella y por eso le dejó todo su dinero; no obstante, esto es algo que Katie siempre ha negado rotundamente.
Todas estas acusaciones y peleas judiciales le pasaron factura, Katie no aguantaba más la presión y decidió utilizar parte del dinero que había heredado para huir y viajar por el mundo para intentar desvincularse de todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor.
Consiguió hacer eso durante un tiempo, pero cuando regresó a su ciudad natal todo seguía igual que antes de irse. "Nunca he sido una persona egoísta y ayudé a todos los que conozco. Fuimos a todas partes, desde Nueva York hasta Benidorm", asegura Katie.
"Tuve que escapar y dejar atrás el drama del hogar. Mi hija y yo estábamos viajando de una ciudad a otra. Pero mi viaje puso celosa a mucha gente y cuando llegué a casa, de repente volví a llamar la atención de todos", esta historia le sigue persiguiendo a día de hoy y es por eso que ha querido hablar de ello públicamente.
"Para cualquiera que lea esto, por favor no me juzgue. No he hecho nada malo y solo quiero vivir una vida como cualquier otra persona y cuidar de mi familia", pide la joven.