Da el pecho a su marido y asegura que los unió como pareja: "Creó un vínculo especial y es bueno para su salud"

Rachel Bailey en 2017 inició un hábito que ha sido un punto de inflexión en su vida y no ha podido dejar atrás: amamantar a su marido. Tras haber confesado al mundo que lleva años realizando este "ritual" de pareja, la joven ha confesado que ha contribuido a la salud de este y que los "ha unido como pareja".

Todo comenzó cuando la madre de 3 hijos comenzó a "sobre lactar" en cada embarazo y fue allí que Alexander, comenzó a beber la leche para ayudar a su mujer con la leche demás mientras cuidaba de sus niños a raíz de un viaje que realizaron juntos.

La pareja contó su historia al Daily Mail y cómo se desarrolló la idea de amamantar. "Cuando mi hija mediana, Aria, que ahora tiene seis años, estaba amamantando, me fui de crucero con Alexander", explicó Rachel y añadió "Sin embargo, olvidé mi extractor de leche y estuve muy congestionada durante dos días".

"Sentía mucho dolor y tenía miedo de contraer una infección, así que decidimos que mi marido iba a intentar beber leche para aliviarme", recordó y confesó "Estábamos nerviosos por la idea de que él me amamantara, pero tan pronto como lo hicimos, nos dimos cuenta de que estaba perfectamente bien".

Pese a que su historia ha impactado a muchos, lo cierto es que la pareja no se avergüenza ya que "nada malo ha salido de ello". "Es un tema un poco tabú, pero queríamos compartirlo porque no creemos que sea malo y no nos avergonzamos", aseguran.

La dupla además, describe que ha mejorado la salud de su marido notablemente, pero sobre todo ha mejorado la relación de pareja creando un "vínculo más especial". "Me encanta amamantarlo porque nos permite pasar tiempo de calidad juntos. Definitivamente nos ha acercado más como pareja", explica Bailey al medio.

"Un vínculo emocional"

'No se resfrió durante dos años después de que empezó a beber mi leche y mucha gente dijo que su piel también estaba mucho mejor", señala la joven de 30 años y sin titubear aseguró que "Para nosotros no es ningún problema. Comenzó cuando Alexander simplemente me ayudó cuando tenía dolor, pero se convirtió más bien en un vínculo emocional".

Según cuenta la pareja, cuando Bailey más producía leche, a poco tiempo de dar a luz, Alexander consumía 3 o 4 veces por día. Hoy en día, el joven asegura que prefiere beber la leche de su mujer a la de vaca, pero sus hijos siempre han sido la prioridad para ser amamantados primero y su marido se queda con el resto.