Cuando a un fan de Harry Potter le preguntan por sus planes soñados de verano, no lo duda ni un segundo: tener una plaza en el campamento que se celebra cada año en la sierra de Madrid: el Campus Potter. Durante una intensa semana, los asistentes a esta inmersiva experiencia mágica se meten de lleno en sus personajes, a través de los juegos de rol, actividades lúdicas al aire libre y los misterios a resolver que se curran a conciencia los monitores.
El pequeño Hogwarts madrileño está dirigido a alumnos de más de 16 años que quieran disfrutar de un albergue con pensión completa en la finca de Los Almorchones, Navacerrada, ambientada en el mundo creado por J.K Rowling. La frondosidad y belleza del Bosque Prohibido madrileño, acompaña a crear un ambiente extraescolar propicio para sentirse un verdadero mago, ojo, tanto auror como mortífago.
Cada año, la organización elige una temática distinta y, este mes de agosto, del día 20 al 27, se celebrará nada más y nada menos que el Torneo de los Tres Magos, la trama de la saga en la que, con el regreso del Señor Tenebroso, todo cambia. Al igual que en los libros y películas, los alumnos del Campus Potter deberán meter su nombre en el cáliz seleccionador y someterse a varias pruebas que determinarán quién es el mejor mago del verano. Eso sí, sabiendo que sus actos pueden provocar la aparición del que no debe ser nombrado.
Para que en una escuela todo funcione, se necesitan alumnos (obvio), pero también profesores. Por eso, la Asociación Caput Draconis, que organiza el campamento, busca monitores voluntarios para amenizar las actividades y, ya de paso, disfrutar de un buen rato, dejando siempre claro que son jornadas no lucrativas, en las que no se recibe sueldo. Los interesados sólo tienen que apuntar con su varita, rellenar el formulario y decir TRAVESURA REALIZADA.