En Yasss estamos celebrando nuestra propia semana de la harrycidad. Primero, porque Warner anunció que ha retomado las negociaciones con J.K. Rowling para llevar al cine la adaptación de su obra ‘Harry Potter y el legado maldito” y, de momento, la autora no ha dicho que no.
Segundo porque, aunque Daniel Radcliffe dijo que él no estaría interesado en volver a interpretar a su alter ego mágico, Ralph Fines puede crear escuela con su rotundo “sí” a meterse de nuevo en el papel de quien tú ya sabes. Y tercero, porque mientras esperamos a ver a Harry Potter como empleado del Ministerio de Magia y a su hijo Albus Severus, encontramos un restaurante en Fuengirola donde ir quitándonos el mono de mundo mágico.
Se trata de un local súper currado que tiene hasta un dementor en el techo y donde puede degustarse un menú muy típico de Hogwards: gyozas de hipogrifo, hamburguesas de dragón y chupitos de suerte líquida o amortentia. Para nosotros, esto ya era nuestra felix filicis; y, cuando creíamos que no podríamos encontrar un plan mejor para una escapadita, encontramos la casa rural que vuelve locos de alegría a todos los potterheads de España.
El Torreón Mágico es una pequeña casa rural del municipio de Asín, Zaragoza, que está inspirada en la torre familiar de los Weasley. Para empezar, el cheking te lo hace el dueño disfrazado de Albus Dumbledor, lo que indica el grado de fandom que nos vamos encontrar de puertas para adentro. Las habitaciones están divididas en cuatro categorías, una por cada casa de Hogwarts: la suite roja es la de Gryffindor, la habitación verde, la de Slytherin, la azul, de Ravenclaw y la amarilla, la de Hufflepuff.
Pero lo mejor de todo está en el exterior de las habitaciones. La casa cuenta con el atrezzo soñado por cualquier seguidor de la saga Potter: velas colgantes, escobas, varitas mágicas, pociones, bufandas y banderas y hasta el cuadro de la “señora gorda que canta”.
Por si la decoración no fuera suficiente, la experiencia es ya toda una iniciación en el mundo de la magia con los talleres y las performances rotativas que también hace la casa rural. Los niños y adultos pueden escoger sus varitas mágicas (aunque ya sabemos que es la varita la que escoge al mago), atravesar el andén 9 y3/4 con carrito y lechuza incluidos, coger el Polar Express, hablar con las brasas de Siruis Black e incluso volar encima de una escoba y lo más importante de todo: llevarse la foto a casa.