Para los que eran jóvenes a principios de la década de los 2.000 el grupo t.A.T.u. era sinónimo de libertad y transgresión. El dúo ruso, formado por Lena Katina y Yulia Vólkova consiguió un notable éxito durante dichos años, no solo en su país de origen, sino también en buena parte del globo, incluida España, Desde su concepción, el proyecto giraba en torno a la idea de que las dos cantantes eran lesbianas y mantenían un romance, pese a que esto nunca se confirmase de forma explícita. Con el tiempo se demostró que todo era marketing, y unas recientes declaraciones de Lena han puesto en pie de guerra al colectivo LGTBIQ+.
Triunfaron con sencillos como 'All The Things She Said', 'Not Gonna Get Us' o 'All About Us'. Llegaron incluso a representar a Rusia en Eurovisión, quedando en tercera posición en 2003. La suya era una historia de amor contra los prejuicios y la censura, con un punto de rebeldía, desobediencia y calculada polémica. Calculada porque detrás se encontraba el cerebro de Iván Shapovalov, mánager del dúo, que fue quien tuvo la idea de que ambas, heterosexuales, fingiesen una relación y actuasen en público, en sus videoclips y conciertos como si tal cosa.
Lena y Yulia se besaban allí donde iban, se tocaban entre ellas en ruedas de prensa y actuaciones. Durante su incursión eurovisiva llegaron a declarar que compartían una cama muy pequeña en el hotel, en la que no paraban de tener sexo. El público devoró su música y la narrativa desafiante, liberadora y prohibida en torno a ellas hasta que Yulia se quedó embarazada y el representante fue despedido. Desde entonces, comenzó a apagarse el éxito del proyecto, basado ya en un erotismo de cartón piedra y en polémicas que ya no resultaban creíbles.
Pero el nombre de la banda ha vuelto a estar de actualidad ahora, dos décadas después de su gran momento. Recientemente el usuario de Twitter @albertgarccia ha compartido unas imágenes de Yulia en su paso lo que asemeja el equivalente ruso al programa 'El juego de tu vida', que popularizó Telecinco hace unos años. En el vídeo, una máquina determina si la respuesta que ha dado a una pregunta es verdad o mentira. "¿Condenarás a tu hijo su tiene una orientación sexual no tradicional?", le lanza el presentador. "Sí", contesta ella. "Dice la verdad", resuelve la máquina.
La cantante comienza entonces a explicar su respuesta. "Creo que un hombre tiene que ser un hombre", comienza, despertando los primeros aplausos del público presente en el plató. "Dios quiso que sea así genéticamente, me parece, porque es la continuación de la especie. Sin hombres no hay niños. No podríamos tener hijos sin ellos. Para mí el hombre es apoyo, seguridad, fuerza… definitivamente no lo apoyaría", concluye.
El presentador le recuerda entonces que previamente había dicho que no le molestaría tener una hija lesbiana. "Eso era en el caso de una niña", responde ella. "¿Entonces, en tu opinión, la libertad debe ser solo para las mujeres?", quiere saber él. "Creo que para los hombres es una mala libertad. Hoy en día hay muchas mujeres frívolas disponibles. No hay prohibiciones. Los hombres tienen otra libertad. Los hombres no tienen derecho, disculpen, a ser maricas", zanja Yulia, volviendo a levantar aplausos de los asistentes al programa.
El vídeo ha alcanzado difusión en redes sociales, con muchos usuarios criticando ya no solo el discurso homófobo y machista de la artista, sino también el hecho de que haya utilizado a la comunidad LGTBIQ+ durante años. "Mi yo de adolescente se siente tan traicionado", se ha podido leer en Twitter. Los aplausos del público también han sido objeto de críticas.