A pesar de que Elena Huelva intenta mantener su admirable buen humor, el mal momento por el que está pasando le hace sufrir de forma inevitable. Durante los últimos días, ha publicado muchas fotografías sobre cómo está viviendo el inicio de la Navidad en su casa, con su hermana, su madre y su perrita, Nora. Todas las imágenes son entrañables: un árbol de Navidad perfecto, la chimenea encendida y el abrazo incondicional de su familia, pero su realidad es mucho más dura.
Desde que le diagnosticaron más enfermedad en la tráquea, la sevillana estaba deseando salir del hospital para volver a su casa, a su habitación, a su cama. Podría haberse rendido, pero nunca lo hará y está poniendo toda la ilusión que puede en estas fechas. Sin embargo, como es lógico, sufre bajones de ánimo y así lo ha manifestado con dos publicaciones en Twitter.
Elena se quejaba de lo “injusta” que es su situación: la de la lucha contra un raro tipo de cáncer, el sarcoma de Ewing, que afecta a los huesos y a su cobertura y que, a pesar de la séptima etapa de quimioterapia a la que se somete, todavía no ha revertido. Cuando le encontraron más enfermedad en la tráquea, también se dio radioterapia, y así pudo volver a su casa con “todo controlado”. Sin embargo, el sarcoma sigue ahí y el cansancio de Elena aumenta.
Tiene que seguir llevando le parche que le recomendaron para poder tener buena visión pues, este mes, además de publicar el vídeo que conmocionó a toda España sobre su empeoramiento con un hilito de voz, también explicó que estaba “viendo doble”. Por eso, a veces dice que “no puede más”, pero con su particular fuerza, sigue creyendo que sus ganas, ganarán.