Violeta ha viajado en tren este fin de semana y, en el trayecto, ha reflexionado sobre un tema muy serio que “casi le cuesta la vida”: su trastorno alimenticio. La delgadez de esta influencer - que lleva un tiempo con problemas de salud- ha sido visible en muchos momentos y ella misma hizo público el problema que tenía con la alimentación y que, ahora, asegura haber dejado atrás, “gracias a Dios”.
Cuando come sano y cumple con su entrenamiento deportivo, Violeta mantiene su ansiedad a raya; pero, cuando se salta la dieta, puede estar hasta tres días sin comer para bajar de peso, tal y como confesó en su recaída del año 2020. Durante su viaje, ha contado cómo y cuándo comenzó este serio problema, que sufren muchas mujeres, jóvenes y adultas:
“Entré en televisión cuando tenía 23 años, siendo una niñata inmadura para muchas cosas (para otras, no tanto desde bien pequeña). Tres meses antes de entrar en la tele, dejé de tomar anticonceptivos después de cinco años tomándolos y engordé siete kilos en tres meses. No estaba gorda ni mucho menos, pero sí estaba hinchada y no en mi peso de toda la vida. La obsesión por volver a mi peso de siempre fue lo que me hizo enfermar y caí en un TCA (trastorno de la conducta alimenticia), del que salí cuatro años más tarde, gracias a Dios”.
Además, la valenciana también ha analizado como fue su comportamiento cuando trabajaba en la pequeña pantalla: “Cuando entré en la tele, cometí muchos errores, tuve comportamientos propios de una niñata enfadada, con el mundo y que no se sentía bien consigo misma en muchos aspectos. Pero, en el fondo, era una buena persona y la gente que supo verlo sois los que seguías aquí y me habéis visto crecer”, ha dicho; declarando su cariño a todos los que siempre la han apoyado.