Las mujeres iraníes han decidido plantar cara al subyugador sistema patriarcal y machista bajo el que viven sometidas. La muerte de Masha Amini, la joven de 22 años que murió tras ser detenida por la llamada 'policía moral' por el simple hecho de llevar el velo mal puesto, ha terminado generando una ola de protestas. No solo en las calles, donde cientos de manifestantes han salido a denunciar los hechos, también en las redes.
En símbolo de protesta, cientos de mujeres han decidido cortarse el pelo, llegando algunas incluso a raparse la cabeza. Este no ha sido el único gesto reivindicativo que ha podido verse a través de las redes. Además de cortar sus melenas, son muchas las que se han animado a quemar sus velos o hiyabs; algo completamente prohibido en el país y que podría suponer duras sanciones para quienes se atrevan a ello.
La indignación por el asesinato de Amini ha marcado un punto de inflexión en la sociedad iraní. Y, a pesar de las represiones que pueda haber, este caso ha servido para armar de valor a cientos de mujeres que no dudan en compartir su indignación a través de la Red.
Las olas de protesta en el país no son nuevas, sin embargo, esto ha sido la gota que ha colmado el vaso. Desde que se produjera la muerte de la joven, al menos seis personas han muerto durante las reivindicaciones.
La obligatoriedad del velo en Irán se impuso en 1979, hace 43 años. Esta imposición y privación de derechos y libertades llegó con la Revolución Islámica liderada por el ayatolá Ruholá Jomeiní, para quien sin él, las mujeres estaban “desnudas".
De conformidad con las leyes sobre uso obligatorio del velo, las mujeres y las niñas a partir de siete años están obligadas a cubrirse el pelo con un velo. Las que no lo hacen, son consideradas delincuentes por el Estado, explican desde Amnistía Internacional
El movimiento de rechazo a las leyes del velo obligatorio ha crecido enormemente a lo largo de los últimos años y se ha intensificado con el asesinato de esta joven de 22 años, que ha perdido la vida por no cubrir su cabeza como la normativa lo rige.
En Irán, así como en otros muchos países islámicos, la libertad de las mujeres está sumamente controlada. En Irán (y estados como Arabia Saudita, Malasia o Sudán) la policía de la moral es la que se encarga de que cumplan la ley.
Las Gasht-e Ershad son la principal agencia encargada del cumplimiento en público del código de conducta islámico en Irán (en el resto de países existen diferentes particularidades, aunque el objetivo principal siempre sea el mismo, que se cumpla la ley). Son agentes encubiertos, que podrían además formar parte de la Basij, unidad paramilitar de línea dura.
Se encarga de vigilar a toda la población femenina y tienen permiso para parar a cualquier mujer e imponer castigos si tras estudiar sus vestimentas creen que no cumplen la ley. Esto puede ser, como en el caso de Amini, por llevar el pelo mal colocado, pero también por haber dejado mechones de cabello a la vista, llevar ropa demasiado colorida, corta o ajustada o utilizar maquillaje.
El castigo por dejarse ver sin velo en público puede ser de detención, pena de prisión, multa o latigazos.