Todos los años, la Super Bowl convoca a millones de personas frente al televisor para consumir carbohidratos y golpear la televisión cuando su equipo gana o pierde. La última nos dejó algunos momentos imborrables para el recuerdo: números musicales llenos de pirotecnia, acrobacias imposibles y un sentido del show bussiness que ya quisiéramos para nuestros propios eventos. ¿Sabes ya cuáles han sido las 5 mejores actuaciones de su historia?
La de 2020 se suma a la larga lista de las mejores actuaciones de este evento, considerado uno de los más importantes en Estados Unidos.
Por supuesto, no puede haber Super Bowl sin un salseo jugoso, y precisamente ese año hubo uno que acaba de trascender y que hemos conocido gracias al documental Halftime, centrado en la carrera de Jennifer Lopez.
Te damos todos los detalles
Pongámonos en situación. Super Bowl 2020. Las luces esperaban para iluminar el escenario y dar comienzo a la pirotecnia y a la lisergia visual propias del evento. Cartel de lujo para el descanso: Shakira y Jennifer Lopez, juntas en el mismo espacio. Un sueño hecho realidad para sus millones de fans. Todo estaba preparado para que las dos divas lo dieran todo en la pista y pusieran a rugir al estadio entero.
Nadie sospechaba que iba a ser JLO la que revelara la verdad entre bambalinas con el estreno de su documental y contara, por ejemplo, lo difícil que había sido para ella actuar en el show. “La peor idea del mundo”, explica en un tramo del documental que ha levantado bastantes ampollas. Pero, ¿y el motivo?
Según cuenta, el problema se originó con la gestión de los tiempos de descanso, que habitualmente están calculados en 30 minutos, momento que se aprovecha para transformar el escenario por completo y hacer los cambios. Todo empezó a ir mal cuando apenas les dejaron 12 minutos de pausa a las dos, según Lopez. “Si somos dos artistas, deberían darnos 20 minutos. ¡Es lo que deberían hacer, joder!". A su preocupación material se añadía la social y política: la pésima situación de la comunidad inmigrante en Estados Unidos gracias a las políticas represivas de Donald Trump, que entonces era presidente. "No me interesa la política”, cuenta. “No soy esa clase de persona, pero estaba viviendo en unos Estados Unidos que no reconocía. Tenía miedo por mis hijos y por su futuro",
La cantante narra cómo vio en ese momento una oportunidad de alzar la voz y abrir una ventana reivindicativa por los derechos de su comunidad. Había visto, claro, los efectos de la política migratoria en los niños que quedaban atrapados en la frontera a la espera de ser deportados por las autoridades americanas. "Las imágenes de las jaulas... No separas a un niño de sus padres, hay ciertas cosas que como ser humano no haces. ¿Cuál es mi mensaje y qué defiendo? Me hizo darme cuenta de que tengo la responsabilidad de no callarme, de no dejar la política a los demás".
Recordemos que la Super Bowl es un evento masivo. Su agenda política no tiene por qué ser inocente. De hecho, no sería la primera vez que una artista utiliza su espacio en el escenario para alzar la voz y abrir una brecha en el rígido guión y reflexionar sobre ciertos asuntos de calado social que afectan a los Estados Unidos. Ahí tenemos la actuación de Lady Gaga de 2019, que escoció en el despacho oval por sus críticas, otra vez dirigidas a la megalomanía de Donald Trump. Millones de personas delante del televisor reciben el impacto del espectáculo y de las ideas que flotan entre canción y canción. Eso lo sabía perfectamente Jennifer Lopez, quien cuenta cómo le propuso a Shakira cambiar la lista de canciones y cerrar el concierto con ‘Born in the USA’, de Bruce Springsteen, un tema de fuerte compromiso político.
Shakira rechazó frontalmente la propuesta. "Yo no nací en Estados Unidos". Lopez le contestó con firmeza. "Ya, pero a todos les gusta cantar esa canción, y cuando Estados Unidos está en su mejor momento, todos quieren venir aquí".
Por suerte, las cosas que unían a las dos cantantes eran más importantes que las diferencias que las separaban. Shakira aceptó situarse en un segundo plano y ponerse a los mandos de la batería para dejar libre a su compañera de escenario. Lopez cantó como los ángeles con ayuda de su hija Emme, de quien se siente muy orgullosa. Lo dieron todo con una versión de Born in the USA combinada de forma un tanto bizarra con Let´s Get Loud (fue memorable, aun así). No fue el único giro de guión que Lopez quiso incluir en el espectáculo. También se le ocurrió que su hija pequeña empezase la actuación dentro de una jaula rodeada de otros pequeños, en clara alusión a los niños inmigrantes atrapados en las fauces de la burocracia de la frontera con México.
"Queremos transmitir la sensación de los latinos en jaulas y que no pueden detenernos ahí. No pueden reprimirnos. La idea es que la próxima generación no esté reprimida como nosotros, esa es la idea", explica en el documental. “Si podemos transmitir el mensaje de una forma bonita, tal vez mucha gente lo capte".