El antes y el después de Chanel Terrero: así era la cantante antes de ser famosa

En poco más de medio año, Chanel Terrero se ha convertido en una de esas cantantes que todo el mundo quiere tener en nómina para su espectáculo (y también conseguir su impresionante abanico). En mayo, justo antes de Eurovisión, media España andaba arqueando una ceja con el convencimiento de que, otro año más, nos quedaríamos en la cola del concurso y nos rasgaríamos las vestiduras. 

La sorpresa la dio la cantante cuando salió a cantar y bailar y empezó a meterse a los jurados en el bolsillo con aparente facilidad (si no contamos al presentador de la RAI, que durante la retransmisión del concurso la llamó “Jennifer Lopez de Saldo”). El ‘chanelazo’ dejó a sus haters temblando y mesándose los cabellos. La otra media España pro Chanel, que la apoyaba incondicionalmente, pudo ponerse sin culpa la peluca de mamarracheo y abrir una botella de cava para celebrar esa pica en Flandes: un tercer puesto en Eurovisión que la han convertido en ese nombre a seguir. Su vida sentimental también está siendo movida últimamente: acaba de borrar a su exnovio de todas sus redes sociales.

Pero, ¿cómo era antes de ser famosa? Te lo contamos.

La primera Chanel Terrero

Como con casi todo en la vida, una cosa es una explosión de éxito y otra muy distinta una voluntad de hormiga para llegar a la cima y abrirse hueco, que sí, no cuenta con el componente del romanticismo. El caso de Chanel, como el de casi todxs los que empiezan dentro de una industria voraz, es paradigmático: esta bailarina, cantante y actriz empezó en pequeños papeles en televisión en 2014, hace la friolera de 8 años. 

De hecho, la comparación que hizo el eurocaster italiano con Jennifer López tiene algo de cierto, por más venenosa que sea. En sus comienzos, según cuentan diversas fuentes, Terrero trabajaba como bailarina en un local de la noche madrileña y ahí, a veces, daba rienda suelta a su talento para imitar a JLO cantando Let´s Get Loud. Probablemente compaginaba estos trabajos con su otra pasión: la interpretación. No le quedaba otra: había movido toda su vida a Madrid para conseguir audiciones.

Pasó un tiempo hasta que consiguió papeles en algunos de los mejores musicales de la Gran Vía. Estuvo en los grandes: desde Mamma Mía o El Guardaespaldas hasta El rey león. Que cantar y bailar es lo que mejor se le da también lo demostró en la industria musical mucho antes de su chanelazo espectacular en Eurovisión. Además de sus papeles como bailarina, cada vez más relevantes, Shakira la fichó para su cuerpo de baile en los MTV Europe Music Awards. También estuvo en el elenco de bailarinas de Tu cara me suena durante varias temporadas.

Su paso por la tele

La vimos también en la televisión, por ejemplo, en un pequeño rol en la serie ByB, de Telecinco, y en otras tantas series de la época: El secreto de Puente Viejo, Los nuestros, Perdóname Señor, Águila Roja, La peluquería, Centro médico, Cupido y Wake up. Si ahora nos deja picuetxs su movimiento de cadera, este mismo flow, el de la danza del vientre, es el que puso a su papel secundario en la serie ByB. Allí interpretaba a una bailarina de danza del vientre que conquistaba al personaje de Juan, interpretado por Dani Rovira. Esta aparición brevísima en la trama, apenas un suspiro, que ya daba pistas de por dónde irían los tiros de su carrera, aunque desde luego nada hacía sospechar que llegaría donde ha llegado (nadie tiene una bola de cristal). El camino es largo, está lleno de sombras, y los focos siempre están en otra parte.

Otro de sus papeles lo consiguió para Gym Tony, esta vez con un rol de más peso. Spoiler alert: si te estás imaginando a Chanel dando clases de zumba es precisamente porque ese fue su papel en la ficción de Telecinco, la de la profesora, Deisy, que levantaba algunos de los mejores sketches de sus capítulos. El personaje entraba como un toro en una cacharrería en la serie, y al más puro estilo de una vendetta italiana de la mafia, movía ficha para quedarse con las clases de zumba que, hasta entonces, daba el personaje de Tito.