Instagram, o Instragam (cuando se traga nuestra vida privada y escupe sus huesitos) puede ser una bendición o una verdadera condena para muchas personas. Todo depende, claro de tu adicción al feed, al stalkeo de la vida ajena y a esa cara de urraca adicta a las sustancias digitales que se te queda después de consumir compulsivamente las stories de tus contactos o mejorar la creatividad de las tuyas.
Si no lo has hecho, quizá deberías, el invierno promete ser largo; y si lo has hecho demasiado y pasas las noches en vela a la espera de una nueva actualización (“Bien, por fin veo a mi crush comiendo una tarrina de helado con la mirada vacía. Es un ser humano”), entonces plantéate buscar ayuda o pasarte al modo ninja, para que tus contactos no piensen que consumes todo lo que publican.
Existe varias formas distintas de ver en modo privado, sin ser visto, las stories de tus contactos, ya sea mediante aplicaciones de terceros o por métodos más tradicionales y analógicos con los que obtendrás el mismo efecto: la magia de ser un_ espía digital de verdad y revolcarte como un mamífero en esa sensación de placer. Te revelamos paso a paso cómo conseguirlo. Aquí tienes, además, otros trucos para Instagram que probablemente no conoces.
Hecha la App, hecha la trampa. la aplicación gemela que nos hace un apaño y nos ayuda, gracias a Dios, a convertirnos en adictos a las vidas ajenas sin penalización. Welnstag, disponible para Android e iOS, es una bendición, en este sentido. Es cierto que solo es posible utilizarla con cuentas que no hayan activado el modo privado, un pequeño precio a pagar para todas esas otras cuentas públicas cuyas stories quieras stalkear.
Bastará con que introduzcas en la barra de búsqueda el nombre de la cuenta cuyas stories quieres ver (y lamer, y tocar, no te cortes). El resto es tan sencillo como darle al intro. Incluso te permite descargarlas historias que quieras.
Dificultad: hasta una urraca en descomposición podría utilizarla.
Otras aplicaciones de terceros que tiene un funcionamiento casi idéntico a la anterior. Con la barra de búsqueda puedes localizar la cuenta cuyas stories quieres introducirte por la vena, verlas cuantas veces quieras (o descargarlas) y salir de ahí como un fantasma: indetectable.
Dificultad: ¿Me lo puedes repetir, por favor?
Puede que sea engorroso crear una segunda cuenta, como le sucede a la gente que quiere mantener parcelas de privacidad extremadamente específicas en Instagram (“Esta cuenta para el postureo, los desayunos con tostadas de aguacate y las puestas de sol líricas; esta otra, para vestirme de furro sin que nadie me juzgue”), pero es otra de las formas disponibles para consumir stories ajenas sin que nadie sepa que somos nosotrxs los que las deglutimos. Bastará con utilizar un nombre de cuenta con el que nadie pueda asociarnos.
Dificultad: una aspirina. No, media aspirina. De verdad, fácil
Si no quieres descargar ninguna aplicación de terceros por miedo al malware, al hombre del saco, al coco, existe un método para ver historias ajenas sin ser detectadx.
Dificultad: míralo por el lado bueno, no vas a necesitar una retroexcavadora, como el barbas de Bricomanía