Reconócelo. Estás de tranqui con tu smartphone en el sofá, una tarde, sin meterte con nadie. Hace menos de un segundo acabas de colgar un tuit gracioso sobre los pandas (‘Este panda zombie es lo mejor que me ha pasado esta semana’), y antes de que te des cuenta estás recibiendo replies o retuits de usuarios molestos que portan una especie de antorcha digital con tu nombre dentro. No entiendes nada. Te rascas tu cráneo de homínido. ¿Por qué me odian?, te preguntas. ¿Es tan grave que me gusten los animales adorables que se alimentan de carne humana? ¿Se ha tomado esta gente su litio?
Hay días que Twitter puede ser tan estresante como una cámara de eco y tortura en la que ninguno estamos a salvo, y es casi seguro que te habrás hecho esta pregunta alguna vez. ¿Puedo bloquear a este fulano sin que se dé cuenta y que así deje de retuitearme o contestar a mis tweets a cada minuto que pasa? ¿Qué pasa si me enemisto con algún usuario de la red social que quiera mandarme una cabeza de caballo ensangrentada a casa?
Hoy te damos algunas soluciones para bloquear, o por lo menos silenciar en modo ninja: silenciosamente y sin dejar rastro.
Un paso que no muchos quieren dar pero que puede ser muy efectivo para alcanzar una solución satisfactoria y quedarse en el punto medio es pasar nuestra cuenta de Twitter de pública a privada, la denominada ‘cuenta candado’, de manera que la persona con la no queremos mantener contacto (así nos pongan una navaja digital en el cuello) sea incapaz de acceder al contenido de nuestro perfil. Ni ella ni cualquier otra que no conozcamos y quiera seguirnos. ¿El problema? La pérdida brutal de popularidad de seguidores, ya que, a partir de ese momento, solo podrán seguirte las personas que previamente apruebes, con las consiguientes molestias.
Para pasar tu cuenta al modo candado solo tienes que seguir unos pasos muy sencillos.
Técnicamente, no hay ninguna manera de bloquear a ningún usuario de Twitter sin que se dé cuenta. Si esa persona intenta entrar en tu perfil, enseguida descubrirá el pastel y sabrá que la quieres bien lejos.
Bloquear en la red social del pajarito es muy sencillo. Basta con entrar en el perfil de la persona con la que no queramos ningún contacto y pinchar en los tres puntos, justo encima del nombre de usuario. En el menú desplegable escogeremos la opción ‘Bloquear a’. Twitter nos preguntará si estamos seguros de realizar esta acción.
Hay una ‘letra pequeña’ que redunda en tu favor, lo que muchos usuari_s de Twitter llaman ‘el espejismo’ o el bloqueo de farol. Basta con que bloquees al usuario que te esté molestando y le desbloquees instantaneamente.
Parece una acción estúpida que no ha servido para nada, pero en realidad habrás conseguido algo muy útil, y tardarás muy poco en darte cuenta: al bloquear a esta persona y quitarle el bloqueo instantáneamente, habrás conseguido que te deje de seguir, y por lo tanto, nada de lo que publiques aparecerá en tu timeline. Es probable que tarde un tiempo en darse cuenta. Es probable que tarde un tiempo en darse cuenta de que vuestras interacciones ya no existen.
Respecto a las opciones más drásticas, haberlas, haylas. Otra de las maneras de restringir nuestra privacidad al máximo es entrar en esa zona ‘invisible’ y discreta, que muchos usuarios encuentran satisfactoria: evitar que alguien pueda rastrear y encontrar nuestro perfil por nuestro correo electrónico o nuestra ubicación.
Una vez más, los pasos son sencillos.