Instagram es ese caramelito digital que masticamos para sentirnos parte del mundo y alardear de plantas, crush, mascota, casa, lecturas o resaca. Unas veces utilizamos este museo sentimental para registrar nuestra vida y generar recuerdos gratos que queden grabados en alguna parte; otras, para desear una existencia que se parezca a una postal francesa, con su correspondiente dosis de selfie, fingimiento y fotos de brunch que merecen pena de cárcel (sí, ese cruasán monísimo que has visto en la publicación quizá sepa a cloaca y la fotografía solo te cuente el suspiro feliz que da mirarlo).
La curiosidad (malsana) que nos provoca la red social de las puestas de sol imposibles, las vidas aspiracionales y los aguacates y a veces es irreprimible, y por ese motivo, muchas personas se preguntan si existe alguna manera de descargar fotografías y videos de cuentas con candado.
Descargar fotos públicas parece sencillo, pero ¿qué pasa con los usuarios que han echado la persiana y han convertido su cuenta en un fuerte inexpugnable y privado, al alcance de lxs seguidorxs que ellos mismos eligen?
No parece fácil penetrar en esa fortaleza, y buena prueba de ello es que Instagram ni siquiera ofrece un método oficial para descargar las fotos que no son públicas. O bien hay que acudir a webs o aplicaciones de terceros, o desbrozar la selva de Internet para encontrar un tutorial claro y sencillo que nos permita hacer esto. En este sentido, si un usuario ha decidido ‘chapar’ su cuenta, quizá no sea la mejor idea colarse en su fuerte, descargar sus fotografías y distribuir su contenido con malas artes, cosa que sería una idea terrible. El que avisa no es traidor.
Todo sería mucho más sencillo si ese usuario te diera acceso a su cuenta, un paso imprescindible para utilizar cualquiera de los métodos (más o menos oficiales, más o menos trapaceros) de descarga. Siempre puedes utilizar un avatar de un gatito en tu perfil para perforar sus defensas y ablandarle el corazón.
Una de las herramientas a nuestro alcance va a requerir un ordenador con un navegador habilitado, aunque por suerte no vamos a tener que descargar ninguna aplicación de terceros en nuestro móvil, algo que no recomendamos. Las apps no autorizadas ni verificadas son el camino más directo a ser víctimas de phishing y otras estafas que roban los datos de nuestro terminal. Por segunda vez: el que avisa no es traidor. Además, este método no es posible realizarlo a través del teléfono móvil.
Obviamente, también tendrás que tener acceso a esa cuenta privada, o por lo menos disponer de los enlaces al contenido que quieras descargar. No existe ningún otro método, mágico o racional, de descargarte las fotografías de una cuenta privada.