La sangre en los genitales y fluidos da mucho miedo. Lo sabe todo el que ha pasado por ello y los médicos especialistas, que reciben prácticamente a diario mails, llamadas y pacientes en consulta preguntando por esta cuestión. Vaya por delante que, cuando ocurre algo así, la mejor opción pasa por preguntar a los profesionales, y no por rebuscar entre las miles de páginas web de dudosa credibilidad que podemos encontrar en Internet; es a los especialistas a quien les corresponde, manual, título y paciente en mano, evaluar cada caso y dar la solución más adecuada.
En el caso de la sangre en el semen, es uno de los síntomas urológicos que más asustan a los pacientes, en particular si son jóvenes y no les ha ocurrido nunca. Sin embargo, el director del Instituto de Urología Avanzada de Clínica CEMTRO, Fernando Gómez Sancha, declaraba a La Razón que, en la mayoría de los casos, no debe preocupar a nadie. “Es como sangrar por la nariz”.
A esta patología se la conoce como hemospermia. Se la detecta por un color que va desde el rojo más brillante al tono café o marrón; su tono depende de la cantidad de sangre que acumule el esperma eyaculado. Esta condición suele afectar más a pacientes jóvenes sexualmente activos, sin que tenga por qué significar nada o repetirse necesariamente.
En un principio, y a no ser que haya alguna condición médica previa, los urólogos no recomiendan alarmarse después del primer episodio de sangrado. Es decir, nada de acudir a urgencias, aunque pedir cita con un médico de cabecera o urólogo para comentarlo tranquilamente en una consulta no es mala idea. En la mayoría de los casos, explican, no suele ser preocupante. Tanto la abstinencia sexual como la eyaculación frecuente pueden ser motivos de sangrado.
Desde la fundación Mapfre apuntan a otras causas. Entre las más habituales se encuentran las siguientes:
El diagnóstico siempre se realiza en una consulta médica; nada de decidir una patología según las indicaciones de una página web. El médico realizará las pruebas que considere oportunas para determinar por qué hay sangre en el esperma: es probable que someta al paciente a una exploración genital completa para descartar patologías severas.
Quizás pida una analítica de orina para averiguar si existe una infección, y tal vez amplíe el examen y realice un cultivo de esperma. Las ecografías, tomografías o resonancias también son pruebas plausibles en este contexto. Respecto al tratamiento, dependerá de la causa de la hemospermia, pero suele basarse en antiinflamatorios, antibióticos específicos y otros fármacos.
Desde el grupo Quirón Salud aseguran que entre el 60 y el 70% de los casos se resuelven como un episodio anecdótico, que no vuelve a ocurrir y se soluciona en cuestión de un mes, sin encontrar causas específicas. Por norma general, los especialistas recomiendan comprobar si se repite habitualmente y, de ser así, acudir al médico sin prisa, pero sin pausa.