La Organización Mundial de la Salud (OMS) denuncia que se diagnostican más de un millón de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) diarias en todo el globo. De unos años a esta parte, el organismo viene advirtiendo del problema de salud pública que suponen estas infecciones, cuyas cifras han vuelto a repuntar después de unas décadas de aparente retroceso.
Aunque la población está ahora mucho más informada que nunca (sabemos, por ejemplo, que tan solo el preservativo protege de la mayor parte de ITS; los otros métodos anticonceptivos tan solo previenen de embarazos no deseados), no hay que olvidar que el sexo es un tema tabú en muchos entornos, y sin educación sexual no hay conciencia del peligro. Ese es el caldo de cultivo ideal para la aparición de ITS. La mayor parte de estas infecciones se tratan con antibióticos y no producen complicaciones, pero el hecho de que muchas sean asintomáticas solo facilita su transmisión. Una de las menos conocidas, pero muy frecuente en jóvenes, es la tricomoniasis.
El sexo sin protección es la causa más habitual de contagio de la tricomoniasis, una ITS causada por el parásito protozoario ‘Trichomonas vaginalis’. Los síntomas de esta enfermedad, que suelen presentarse de 5 a 28 días después de haber mantenido contacto sexual desprotegido con una persona infectada, no siempre son claros: el 50% de las mujeres y el 80% de los hombres infectados son asintomáticos, según explican desde el Ministerio de Sanidad
Que esta ITS no suele presentar síntomas solo la hace especialmente peligrosa. Suele afectar a la vulva, vagina y uretra; la vía más habitual de contagio es la penetración vaginal. Al contrario de lo que ocurre con otras infecciones, como la clamidia o la gonorrea, no es frecuente que el parásito infecte otras partes del cuerpo fuera del área genital, como las manos, la boca o el ano.
La única manera de prevenirlo, añaden desde el Ministerio, es usar un preservativo durante las relaciones sexuales, especialmente si se mantienen con múltiples parejas; si se comparten juguetes para la penetración, también es importante cambiar el preservativo en cada uso y para cada persona. Este punto es muy importante, y todos los expertos inciden tanto en la importancia del preservativo como en la de destacar que, pese a los bulos que circulan, ni lavarse el área genital ni ducharse u orinar después de tener relaciones evita el contagio de esta u otras ITS.
El gran problema de la tricomoniasis, como el de otras ITS, es que en muchos casos no se manifiesta claramente. Sus síntomas pueden variar o no existir, lo que se traduce en una situación fantástica para el parásito: la mayor parte de las personas que lo padecen no son conscientes de su infección.
Ahora bien, hay algunos síntomas comunes que conviene conocer, por si se manifestasen en algún momento. Los más habituales son:
Si se recibe el tratamiento adecuado y a tiempo, la infección no suele causar complicaciones. Ahora bien, si no se trata, se puede producir una enfermedad inflamatoria en diferentes niveles del aparato genital, que puede facilitar “la infección o transmisión del VIH a la pareja sexual”, añaden desde el Ministerio, además de “aumentar el riesgo de contraer o transmitir otras ITS”. Ante la duda, lo mejor es acudir al médico.
Para evitar complicaciones mayores, las autoridades recomiendan realizar un chequeo de ITS con una periodicidad anual o bianual, en el caso de mantener relaciones sexuales con varias parejas. En el caso de la tricomoniasis, basta con una muestra de la zona genital afectada para detectarla. Si quieres una valoración, basta con acudir a tu centro de salud o a un centro de planificación familiar y pedirla.
Si el resultado de la prueba da positivo, deberás avisar a las personas con las que te has acostado, para que consulten a sus médicos, se realicen pruebas y corten la cadena de contagio.
El tratamiento es muy sencillo y se lleva a cabo con antibióticos. Es al médico a quien le corresponde iniciar el tratamiento y, sobre todo, llevar un seguimiento, ya que una de cada cinco personas se reinfectan dentro de los tres meses posteriores al tratamiento, según datos de Sanidad. Mientras tanto, se recomienda evitar las relaciones sexuales, ni siquiera con preservativo, hasta que la persona afectada haya terminado el tratamiento y los síntomas hayan desaparecido.