De los beneficios de comer frutos secos a diario se ha escrito ya casi todo. Que si son típicos de la dieta mediterránea (¡hay que mantener la tradición!), que si su componente principal son las grasas buenas, que si son ricos en fibra, vitaminas, minerales y proteínas. Queda claro que entre sus beneficios está el prevenir de enfermedades cardiovasculares (se estima que en un 30%) y la diabetes, ¿pero sabías que también tiene un impacto directo en la función sexual? En Yasss te contamos todo sobre el tema: solo necesitas 60 gramos de frutos secos, muchas ganas de comer avellanas y una persona que quiera acostarse contigo.
Después de pasar muchos meses investigando, el año pasado la Unidad de Nutrición Humana de la Universidad Rovira y Virgili de Tarragona dio a conocer los resultados de sus estudios, relacionados con el desempeño sexual y su correlación con los frutos secos. Sintetizando, los investigadores demostraron que consumir 60 gramos de frutos secos al día "mejora la función sexual en los hombres".
El estudio, que se publicó en la revista científica Nutrients, se llevó a cabo en 83 individuos que seguían una dieta pobre en fruta y verdura, según informó la Agencia EFE, y que estaban sanos y en edad reproductiva. Los dividieron en dos grupos: uno mantuvo su dieta habitual, basada en grasas de origen animal, y otros completaron sus comidas con 60 gramos diarios de una mezcla de avellanas, nueces y almendras.
De todas formas, los investigadores reconocieron que necesitan hacer más estudios con otros participantes para confirmar estos resultados. Así que, por el momento, comer 60 gramos de frutos secos puede traerte muchos beneficios, pero nadie pone la mano en el fuego porque mejore tu vida sexual.
De los frutos secos se ha dicho de todo: que si los nutricionistas no los incluyen en sus dietas porque engordan, que si ayudan a evitar el cáncer, que si alargan la esperanza de vida. Por ahora, está comprobado que reducen el riesgo de diabetes y enfermedades cardiovasculares, por lo que se recomienda integrarlos en nuestra dieta. Los médicos hablan de comer un puñadito a la semana, unos 30 gramos sin cáscara. Se aconseja comerlos crudos, sin freír ni con sales o azúcares añadidos.
Los frutos secos son muy saciantes: si tienes hambre entre horas, lo mejor es comer un puñadito de anacardos o cacahuetes. Y aunque dicen que engordan, lo cierto es que no hay ninguna prueba al respecto. Que sean grasos no significa que por comer un puñado de pistachos vayamos a engordar tres kilos: son alimentos poco calóricos, que además incluyen otra serie de nutrientes muy beneficiosos.
Hablamos, en realidad, de un grupo de alimentos muy energéticos, por lo que son perfectos para combinar con el ejercicio físico. ¿Los mejores? Nueces, pistachos, avellanas, anacardos, almendras, piñones o castañas, siempre sin sal o azúcar. Puedes tomarlos solos o aprovechar para integrarlos en ensaladas (ya lo dijo Fleabag: “claro que añadir piñones en una ensalada te hace adulto”).
Para empezar, los frutos secos reducen el colesterol y reduce el riesgo cardiovascular. Además, son antioxidantes, ricos en fibras, proteínas y minerales como el manganeso, el potasio o el cinc. Vaya, que previenen el estreñimiento y son una buena fuente de proteínas.
Además, se pueden tomar en otros formatos, como bebidas o barritas (aunque cuidado con la composición de estas). Por ejemplo, las almendras son una buena alternativa a los productos lácteos, ya que tienen mucho calcio: 60 gramos de almendras aportan el doble de proteínas que un yogur y además proporcionan 150 mg de calcio, lo mismo que un vaso de leche.