Cada persona es diferente y esto quiere decir que no hay dos iguales, algo similar sucede con los pechos, no hay dos personas que los tengan iguales, tanto si es por la forma, el color, la textura o los pezones, pues aunque todos o casi todos tengan características similares, cada cual los tiene de una manera y todas son adecuadas.
Solemos pensar que hay una definición que se ajusta a la normalidad, pero la verdad es que todos los normales, solo es necesario que cada cual conozca su cuerpo para poder estar pendiente de posibles cambios, que señalen que algo no marcha bien y se necesita tomar cartas en el asunto.
Pueden ser de distintos colores, existen tantos como tonos de piel, y suele ser un poco más oscuro que el del resto de la areola o el resto de la piel del cuerpo, también hay personas que tienen un tercer pezón, algo que no supone un riesgo para la salud y que se conoce como politelia o pezones accesorios. Los hay grandes, pequeños, peludos… y tú, ¿qué tipo de pezón tienes?
¿Qué tipo de pezón tienes? Los más comunes
Conviene comenzar haciendo una pequeña distinción porque aunque en ocasiones se emplee el término pezón para referirse a ambos, este no es lo mismo que la areola, el pezón es la parte que sobresale y estos son los modelos más habituales:
Sobresalientes. Estos son los más comunes y los que tradicionalmente se señalan como ‘normales’. Sobresalen ligeramente, pero no demasiado y se endurecen al ser estimulados.
Planos. Estos son más cortos que los anteriores, no sobresalen de la areola, fundiéndose con ella y quedándose a su mismo nivel, salvo cuando son estimulados.
Invertidos. Estos pezones son todo lo contrario, están ‘metidos hacia dentro’, aunque en algunas ocasiones pueden sacarse con los dedos. No sobresalen nunca, ni se endurecen al ser estimulados.
Pseudoinvertidos. En estos casos encontramos las características señaladas en el modelo anterior, pero solo se da en uno de los dos pezones. Si es así como lucen siempre, genial, si lucen así tras cambiar, puede ser un síntoma de cáncer de mama, por lo que es mejor consultar con un especialista.
Hinchados. Tanto las areolas como los pezones se ven como pequeñas montañas en la punta del seno, tal y como las describen en Cosmopolitan. Se endurecen o pronuncian con el frío o la estimulación.
Peludos. Suelen darse más en el caso de los hombres, pero es bastante frecuente que alrededor del pezón de las mujeres también aparezca vello, tanto fino, como algún cabello aislado.
Supernumerarios. Antes hablábamos de esas personas que tienen un tercer pezón y este es el nombre con el que (también) se conoce a este fenómeno, que se produce cuando en una zona de la piel, las células se reproducen formando este tipo de tejido.
Con glándulas de Montgomery marcadas o desiguales. En ellos se aprecian pequeños bultitos alrededor de la areola, que se conocen como glándulas de Montgomery. Todas las mujeres las tienen, pero en algunas aparecen más marcadas que en otras.