Una de las fantasías de muchas personas es tener sexo en público. Con el 'veroño' y las altas temperaturas que no parecen tener intención de dejarnos, la playa sigue siendo uno de los lugares en el que algunas parejas desatan sus pasiones. Puede que esto sea así porque no conocen las consecuencias que pueden tener.
No todo el mundo sabe que la arena de playa puede causar daños en la piel, que pueden ir desde la hinchazón y las rozaduras, hasta ardores y erupciones cutáneas; este tipo de lesiones incrementa el riesgo de infecciones.
Aumenta el riesgo de sufrir la picadura de algún insecto, en contra de lo que se suele pensar, el agua no lubrica, sino que aumenta la sequedad vaginal y, en este escenario, el riesgo de rotura del preservativo es mayor. Además, puedes llevarte una multa a casa.
Si bien es cierto que la legislación vigente no contempla este caso concreto, sí que existen normativas que cubren estas situaciones.
Por ejemplo, podría considerarse exhibicionismo y provocación sexual, según lo tipificado en el artículo 185 de la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal. En él también se establece su correspondiente sanción. Se considera delito si el sexo se produce delante de menores o personas discapacitadas, en ese caso los implicados podrían enfrentarse incluso a penas de cárcel.
Según el artículo, "El que ejecutare, o hiciere ejecutar a otra persona, actos de exhibición obscena ante menores de edad o personas con discapacidad necesitadas de especial protección, será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año o multa de 12 a 24 meses". Si no se dan esas circunstancias concretas, no se considera infracción penal, pero tampoco quedaría libre de sanción. La Ley Orgánica de protección de la seguridad ciudadana lo regula en el artículo 37 como infracción leve y se podría establecer una sanción administrativa que oscila entre los 100 y los 600 euros.
Además, no se puede perder de vista la normativa municipal de los ayuntamientos, que puede emitir sus propias ordenanzas más allá de las establecidas por la Ley de Costas. En ellas se establecen qué actividades están o no permitidas, tanto en la playa como en la vía pública.
En algunos municipios no se aborda este tema directamente, pero en otros sí que lo tienen en cuenta. Es lo que sucede en Tossa del Mar, con multas de hasta 1500 euros, o en Málaga, tal y como recogen en 20 Minutos, donde tener relaciones sexuales en el espacio público puede estar sancionado con multas de entre 750 y 1500 euros.
Así las cosas, parece que lo mejor es estar muy bien informado antes de dejarse llevar por la pasión en la playa, sobre todo si hay gente alrededor. En este caso, un arrebato momentáneo podría salir verdaderamente caro, por lo que sería mejor reservar ese tipo de fantasías para momentos libres de riesgo o lugares desiertos (aunque el riesgo nunca es cero) y no darles rienda suelta en playas llenas de familias y visitantes.