El orgasmo es el punto de mayor intensidad de la excitación sexual, un clímax que produce una sensación repentina y placentera, una liberación de la tensión acumulada desde el comienzo de la excitación sexual.
Además de estar relacionado con el placer, que no es poco, también aporta ciertos beneficios a la salud, pues durante el mismo se liberan endorfinas y oxitocinas, hormonas relacionadas con los estados de calma y relajación. Reduce el estrés, relaja el cuerpo y calma la ansiedad.
El orgasmo es un analgésico natural que ayuda a reducir dolores como los que se producen durante la menstruación, pero también otros, como dolores de cabeza y otros que son crónicos. Mejora la memoria y favorece el descanso, porque provoca una agradable sensación de somnolencia posterior.
Los orgasmos femeninos y los masculinos son diferentes, mientras que el hombre puede alcanzar el climax en unos cinco minutos, la mujer necesita un poco más de tiempo, entre 15 y 20 minutos. La duración del mismo también es distinta, los hombres experimentan orgasmos de unos cinco segundos y las mujeres de unos veinte (aproximadamente). Ellas también tienen un tiempo menor de recuperación y pueden ser multiorgásmicas.
La terapeuta sexual Marilyn Fithian lideró un estudio en el Centro de Estudios Maritales y Sexuales de Long Beach, donde se estableció que las mujeres pueden llegar a tener hasta 134 orgasmos en una hora (unos 2,3 por minuto), mientras que el máximo por parte de ellos fue de 16.
A pesar de lo impactante de los resultados que arroja este estudio, merece la pena señalar que cada mujer es diferente, por lo que generalizar nunca es una buena idea. También es distinto cada encuentro sexual, por lo que la misma mujer, en una ocasión podría experimentar uno o dos orgasmos y otra, ninguno.
Los orgasmos femeninos siempre han estado rodeados de cierto misterio, siendo considerados casi un tabú. Muchas mujeres no llegan a alcanzar el orgasmo y esto se debe a muchos motivos, en algunas ocasiones por ser incapaces de disfrutar del momento plenamente, a causa de las cargas mentales extra que suelen tener.
Por eso es esencial el autoconocimiento, pero también la comunicación, explorar el cuerpo, estimular la mente y no tener miedo a experimentar solas o en pareja. También fortalecer el suelo pélvico, lo que aumenta la frecuencia y la intensidad de los orgasmos.
Además, no podemos olvidar que estos pueden ser de diferentes tipos y no solo vaginales, como se tiende a pensar en muchas ocasiones. De hecho, este es menos común que el clitoriano, que se produce a través de la estimulación del clítoris. También puede producirse a través de la estimulación de otras partes del cuerpo, como los pezones, el ano u otras zonas sensibles del cuerpo, durante el sueño o mediante la práctica de ejercicio.
Sin duda lo mejor es no tener miedo a descubrir qué causa placer, qué sensaciones resultan más estimulantes y cuáles es mejor evitar. Tanto en las experiencias en solitario como cuando intervienen más personas.