El sexo es como casi todo. Salvo morir, va en gustos y energía. Nadie es igual a otro en la cama, ni en las fantasías que practica ni en cómo enfrenta el momento de hacer el delicioso con otro ser humano.
Sabemos que hay numerosos fans del coitocentrismo y que la postura del misionero sigue siendo la tónica predominante en un alto porcentaje de los encuentros eróticos. Tenemos a personas más activas que se deciden a probar posturas nuevas y agotan todas las variantes del Kamasutra para avivar las llamas del encuentro, incluso seres humanos a los que les gusta yacer como una estrella de mar inmóvil y esperar que sea la otra persona la que tome la iniciativa.
Por supuesto, están quienes creen que el sexo debe ser una competición de contorsionismo (¿te suena el koala exprimidor?) solo apta para esos que buscan emociones fuertes con las posturas, o han visto demasiado porno y aún no tienen claro que más espectáculo no significa necesariamente más placer:
La pregunta es obvia: ¿hay peligro de acabar acalambrados, contracturado o rotos si probamos determinadas posiciones en la cama? La respuesta es… depende del cuidado que tengas y del ritmo que emplees. De momento, ya sabemos cuál podría ser la postura sexual más peligrosa para el hombre.
Sería complicado enumerar todas las posturas sexuales en las que nuestro cuerpo cruza cierto límite y se arriesga a sufrir algún tipo de desgarro. Una vez escapamos de las clásicas y consultamos cualquier tratado histórico sobre las diversas posiciones de los amantes, el abanico se abre mucho y puede abrumarnos.
Además, hay otra cuestión fundamental: ¿somos tan flexibles como para colocar nuestro torso y nuestras piernas en determinados ángulos y alcanzar el orgasmo definitivo? ¿Está nuestro core lo bastante fuerte? ¿Será hoy el día en que puedas reprimir esa ventosidad hecha de amor y gases que se te escapa cuando le pides a tu pareja innovar, con el cuerpo y el espíritu?
Como decíamos, tenemos posturas en la cama muchísimo más seguras que otras. De entre todas las consideradas “peligrosas”, hay una llamada “la vaquera invertida” a la que debemos prestar atención. Se ha vuelto a poner de moda gracias al canal de un conocido doctor en TikTok, esa fuente de sabiduría infinita donde lo mismo sufres un video de diez minutos de ASMR y aumentan tus ganas de acabar con la raza humana como alucinas con algún reto viral peligroso que te manda a la cama con pesadillas. El video es de 2011, pero vuelve recurrentemente de entre los muertos para advertir a los hombres. Cuidado, muchachos. Pasarlo bien paga precio.
En el citado video, un cirujano llamado Karan Raj advierte de que esta contorsión sexual solo para valientes es muy peligrosa. La razón es muy sencilla: si no se ejecuta bien, puede provocar desgarros gravísimos en el pene del hombre y mandarlo al hospital, al cementerio o al propio TikTok, donde estamos seguros de que muchos grabarían sus propios alaridos para conseguir likes y seguidores.
Si eres de esas personas con menos de dos dedos de frente o quieres ganar seguidores en tu canal de TikTok escenificando tu propia descoyuntación, atento. Para practicarla, ella debe colocarse encima de ti mirando hacia sus pies. Es decir: desde tu posición, tumbado, tienes que ver su espalda. A partir de aquí, bueno, ya te imaginas. Arriba y abajo. Al centro, y para adentro. Pero ¿dónde está el peligro exactamente?
Dependiendo del ritmo que mantengáis o de cuánto os vengáis arriba, tu pene puede salirse de la vagina en uno de esos bamboleos y chocar fatalmente contra el hueso púbico de tu pareja, produciendo así una fractura. Según “el cirujano de TikTok” (no es desde luego una etiqueta muy confiable), esta postura específica es la responsable de más del cincuenta por ciento de las fracturas de pene de todo el planeta.