Logo de yasss
Salseo

yasss

Con gimnasio, cine y unas vistas de ensueño: así es la impresionante mansión de Maluma situada en un lugar secreto

  • Sorprende su colección de tazas. A Maluma le gusta imprimir en ellas fotos con sus recuerdos más memorables

  • La pregunta es: ¿El chef 24/7 a su servicio venía en el pack de la casa?

  • El precio de la vivienda jamás ha trascendido

Si la metáfora que dice que una persona es como su casa fuera cierta, entonces con Maluma queda bastante claro que su personalidad tiene 16 habitaciones, cuatro baños y un jacuzzi con burbujas infusionadas en oro.

El cantante colombiano está en la cima de su carrera. El año pasado se sacó en pleno confinamiento su quinto álbum de estudio, ‘Papi Juancho’. Se ha convertido en uno de los reguetoneros más conocidos del mundo, y no pierde ocasión de hacer ostentación de su éxito cuando puede para recordarnos que el ascenso por la escalera social es esquinado. Si llegas a la cima, mejor darte un capricho en forma de mansión, y hacerlo además en una ubicación secreta (nadie sabe muy bien en qué parte de Medellín está escondida la vivienda). El colombiano es un tipo de gustos caros y acostumbrado a los lujos excéntricos.

A su imagen y semejanza

El año pasado, el colombiano se avenía a una de las costumbres de moda entre las celebrities: el clásico house tour ‘humilde’. (“Este es mi vestidor, solo para las zapatillas y los anillos de oro; es modesto, como podéis comprobar”). Mientras que muchos Youtubers tienen por costumbre enseñar su casa cuando su canal alcanza cierto nivel de visitas, en el caso de Maluma la ocasión la brindó Arquitectural Digest, uno de los medios clásicos que utilizan los famosos para enseñar dónde viven, con un aire falsamente despreocupado. Desde Margot Robbie a Brad Pitt, Zendaya, Snoop Dog.

Debido al confinamiento, época en la que fue grabado el video en el que la enseña, es Maluma el que se graba a sí mismo recorriendo con lentitud las habitaciones y contando la intrahistoria de cada cuarto.

Su mansión, por dentro

Lo primero que llama la atención son las vistas. La casa cuenta la historia de alguien en la cima del mundo, y esa cima son las impresionantes vistas a la ciudad de Medellín, desde las alturas y los cantos de los pájaros. La verdad es que quita el aliento.

Se sabe que Maluma invierte habitualmente en obras de arte. Ha dicho muchas veces que las obras que compra le inspiran en su propio trabajo y le fuerzan a ser más creativo. Impresiona el piano blanco en el que Maluma dice que a veces se sienta a ‘jugar’ e intentar componer algunos de sus grandes temas (no sabe cómo tocarlo bien, eso sí)

Si de lujos se trata, cuestión de enumerar. El segundo detalle que escapa a los simples mortales, con sus hipotecas a treinta años y sus ‘no llego a fin de mes’, es el ascensor privado que Maluma utiliza para viajar desde el sótano al piso más alto, suponemos que con una mimosa en una mano y un cachorro de algún animal excéntrico en la otra. Podríamos añadir un bunker atómico, si lo tuviera, pero de momento no hemos llegado a ese punto en que la humanidad arrasa las tiendas de comida y escapa por los pelos de los zombis, así que nos tendremos que contentar con lujos más modestos para esculpir la mente y el cuerpo.

Lo habrás adivinado: la mansión tiene un gimnasio equipado a su entera disposición. Maluma lo ha decorado con camisetas firmadas de sus jugadores de fútbol favoritos. Una es del mismísimo Messi. Por último, la casa cumple punto por punto la categoría de ‘mansión y desenfreno’. Poco le ha faltado para llenar la piscina y el jacuzzi de champán e invitar a sus amigos y familia a bañarse. Seguro que esas ideas cruzaron su cabeza en la época de confinamiento, que pasó ‘encerrado’ en este paraíso.

Cada habitación cuenta con chimenea descubierta, en el centro de la sala (‘uno’ de los salones). Añadimos la sala de cine

La cocina

Podríamos hablar de una cocina enorme y funcional, aspectos que cumple, pero el plot twist viene cuando Maluma abre uno de los armarios y, a modo de un científico loco que guarda toneladas de calcetines, enseña su colección de tazas. Imaginamos que en algún momento el colombiano se verá obligado a confesar su manía frente a un grupo de adictos en recuperación: “Hola, me llamo Maluma y… me gustan las tazas, me gustan mucho. Sueño con ellas. Les hablo”. “Hooooooola, Maluma”.

Al hablar de ellas, el cantante se emociona. Como puede comprobarse, las utiliza de un modo un poco extraño: su ejército de tazas hace las veces de álbum de fotos, y Maluma, literalmente, se bebe sus recuerdos en ellas; de la gente que ama, de su familia, de sus mascotas, de todo lo que ama. Ni una taza sin una imagen especial.

Regresando al motivo principal de este artículo, el lujo, las dádivas, hay otro cliché que cumple el cantante. Solo va a la cocina a acariciar las tazas (¿irá por la noche, como un búho, a abrir los armarios). Para lo demás, cuenta con su propio chef contratado.