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De la suplantación de identidad a ser confundido con un niño: las experiencias más raras de los famosos en Tinder

  • Ser famoso es difícil en una app de citas. Los usuarios suelen creer que no eres real

  • Te contamos las anécdotas más locas que han vivido Brais Efe, Lola Índigo, Trevor Noah, Tom Holland o Drew Barrymore

  • Pocas cosas peores que te confundan con un niño cuando intentas ligar, como le pasó a uno de estos famosos

Podríamos comenzar diciendo: “Los famosos también lloran, intentan ligar en Tinder y es como ver un accidente de coche”, y contentarnos desgranando punto por punto, detalle a detalle, sus encuentros amorosos desnutridos y miserables en las aplicaciones de ligoteo como ya hizo nuestra compañera Perra de Satán a Ignatius:

Espera, eso es lo que vamos a hacer, sin preámbulos, sin excusas. Famosos y citas pochas, qué idea tan fantástica.

Sharon Stone

Sharon, icono erótico de los 90 por su cruce de piernas en ‘Instinto básico’ y homínida inteligente que intenta usar la tecnología del ligoteo a su favor, también decidió tratar de pescar peces en las redes del amor digital y se apuntó a Bumble hace algunos años. Spoiler: sale mal.

Muchos usuarios denunciaron su cuenta con un pensamiento flotando en sus cabecitas ansiosas de contacto: “No es posible que Sharon Stone en persona venga aquí”. ¿Diálogos posibles con su avatar? “‘Tú no eres Sharon, eres un fake de Sharon que me dice ‘papasito’ y quiere la clave de mi cuenta bancaria” “Sharon es menos guapa de lo que tú pareces, Sharon falsa, te reporto”. “¿A Sharon Stone le gustan los tractores? No eres de verdad”.

Imaginamos a la pobre Sharon poniendo cara de caja de gatitos abandonada en una gasolinera y apelando en Twitter a la buena voluntad del personal, como sucedió entonces. “No me excluyáis de la colmena”. Los propios encargados de Bumble le respondieron de forma un tanto kafkiana: “Nuestros usuarios piensan que eres demasiado buena para ser real”.

Sharon no es la única que ha sido expulsada de una de estas aplicaciones con el argumento de que suplantaba la identidad del famoso verdadero. Sam Smith vivió una situación parecida, y Brais Efe, la única e incontestable Paquita Salas, lo contó con humor: “Me bloquearon en Grindr por suplantación, porque la gente pensaba que me estaba haciendo pasar por mí. O sea, gracias, GRACIAS, ¿quién soy? ¿Mario Casas?”.

Lola Índigo

Suena a que la fama no te deja tiempo para ser persona en pijama que quiere meterse bajo las mantas a hacer la cucharita con otro ser humano.

Mimi se cerró el Tinder cuando entró en la Academia de OT, quizás porque no fue capaz de aguantar lo pesados que eran los usuarios con los que hacía match. “Venga, Lola, hazme un tirabuzón, una voltereta mortal, no te estoy pidiendo nada”.

Trevor Noah

Alguien encontró el perfil de Trevor en Raya (el Tinder de las celebrities estadounidenses) cuando todavía estaba casado, así que el comediante tuvo que salir a defenderse públicamente con acrobacias argumentativas.

Según él, solo estaba en la app porque quería documentarse para un sketch de su próximo espectáculo.

Channing Tatum

Otro famoso que empezó a usar Raya cuando se quedó compuesto y sin novia, esta vez con una descripción de perfil que iba directa al grano. “Y sí, solía trabajar como stripper”.

Tom Holland

La experiencia de Tom Holland en Tinder difiere un poco de la desconfianza de su avatar por parte del público. Ni a Spiderman le salió tan rana lo de intentar darse un beso. En su etapa en las aplicaciones de ligoteo, muchas usuarias dejaron de hacer match con Tom por un motivo: al parecer, su cara aniñada cortaba un poco el rollo.

“Por aquel entonces solo podías usar fotos de Facebook, y yo nunca utilicé mucho el mío. Las únicas imágenes de mi Facebook eran de cuando tenía unos 12 años, así que nadie me quería”.

Alguien debió haberle explicado al actor trepamuros que no es buena idea utilizar tu yo de doce años para ligar. Eso es de 1º de Tinder.

Drew Barrymore

Drew amaba ‘Los Bridgerton’ (en resumen: gente guapa que hace gráciles movimientos de baile de salón mientras lanza miradas de “melofo”), y por eso dicen que se apuntó a una app de citas, para gritar muy fuerte: “Me gustan las series de tacitas”.

La cita prometía, pero se quedó en un sujeto que nunca se presentó. “¿No hubiera podido ser un idiota una hora antes?”, dijo Drew. “Eso me habría ahorrado mucho tiempo”. Al regresar a casa, presumiblemente, volvió a ver la primera temporada de los Bridgerton asegurando que a partir de este punto solo le sería fiel al duque de Hastings.