El último intento de Brinety Spears por recuperar el control legal sobre su vida y su patrimonio no ha tenido un final feliz para la cantante. A pesar de que hace tan solo unos días la intérprete de 'Toxic' decía estar más feliz que nunca para calmar a sus fans, el pasado martes una jueza en Los Ángeles rechazó su demanda para librarse de la tutela de su padre, James Spears.
Britney no ha conseguido la libertad que tanto desea y por la que se han llegado a manifestar sus fans bajo el movimiento #FreeBritney, que se ha hecho más fuerte que nunca en los últimos meses. Todos recordamos a la Britney del 2007, en plena crisis emocional, acosada por la prensa y perseguida a todas partes por fotógrafos, fans y gente que pasaba por allí que querían inmortalizar a la cantante en su peor momento.
De todo aquello quedaron dos cosas: el padre Britney Spears consiguió su tutela legal en 2008, lo que suponía que él sería el encargado de tomar las decisiones sobre qué podía y qué no podía hacer ella y gestionar su dinero (que es muchísimo, no olvidemos que estamos ante la artista femenina que más discos ha vendido en el último cuarto de siglo); y el movimiento #FreeBritney, que desde 2009 apoya a la cantante porque cree que su padre se está aprovechando de ella.
En 2020 Britney dice encontrarse mejor que nunca y por eso quiere recuperar su vida, por lo que había iniciado un proceso de demanda contra su padre para que este dejase de ser su tutor legal. El pasado mes de agosto otro tribunal había tomado la decisión de prolongar esta tutela hasta febrero de 2021. La artista, de 38 años de edad, reconoce que la tutela de su padre en 2008 le salvó su carrera y probablemente su vida, pero, 12 años después, se encuentra lo suficientemente bien como para retomar las riendas de su vida y manejar su fortuna, que asciende a 60 millones de dólares.
Sin embargo, ahora que la demanda ha sido rechazada, Britney Spears no lo tiene tan fácil para volver a ser dueña de sus decisiones, tal y como desea. Los representantes de Spears, además, han declarado a la jueza que ella le tiene miedo a su padre "y no volverá a actuar si él sigue a cargo de su carrera".
No obstante, el proceso no ha terminado. La jueza Brenda Pennyse ha fijado otra audiencia para el 16 de diciembre y está dispuesta a escuchar los argumentos para la suspensión de James Spears como tutor legal de su hija que planteará el abogado de la cantante.