Es imposible afirmar con rotundidad o demostrar con pruebas que las redes sociales nos han hecho peores personas. Estas aplicaciones solo son una herramienta más puesta a nuestra disposición, y nosotros hemos decidido, o no, entrar a su juego y dejarnos llevar por él. El juego de Facebook era tener cuantos más amigos, mejor. El de Instagram, presumir de vidorra colgando fotos en los mejores paisajes, con la mejor ropa o en el mejor restaurante. Y el juego de Twitter, aunque a veces parezca que son los memes de actualidad... ¡No! El juego de Twitter es entrar en polémicas infinitas y discutir con cualquiera que se pase por ahí.
Pero, ¿por qué discutimos TANTO en Twitter? Y, sobre todo, ¿con qué fin? ¿Por qué no nos hemos dado cuenta de que la grandísima mayoría de las polémicas en Twitter no llegan a nada? ¿Existe una solución para este tipo de comportamiento? Parece que sí. Esta vídeo-columna de PlayGround parece dar con la clave para que nos demos por vencidos de una vez por todas con las peleítas digitales.
Si has visto el vídeo te habrás dado cuenta de que hay una solución para dejar de echarle horas a discusiones inútiles que solo nos generan malestar. ¿No te ha pasado alguna vez que has entrado a alguna red social, has visto algo que te ha molestado especialmente, has querido dar tu opinión o rebatir la de la persona que hizo la publicación y después de intercambiar mensajes con varias personas lo único que has sacado de todo ese tiempo "perdido" es un disgusto, quizás ansiedad, y un cambio de humor a peor?
¿Por qué nos hacemos esto? ¿Por qué siempre caemos en la misma trampa? ¿Por qué no hemos aprendido todavía que las peleas en internet no solucionan absolutamente nada y solo nos perjudican a nosotros mismos? Porque discutir con desconocidos a través de las redes sociales es, para algunas personas, una vía de escape. Una manera de soltar la rabia o el descontento que llevan dentro. Una manera de distraerse de sus verdaderos problemas o, en algunos casos más extremos, una forma de autolesión. Sí, las autolesiones digitales existen y no son más que una evolución de ese comportamiento que presentan algunas personas con problemas de salud mental que consiste en causarse daño de manera deliberada.
Una encuesta de Pew Research, cuyos resultados fueron publicados en 2018, concluyó que las discusiones en redes sociales son inútiles ya que la mayoría de la gente no cambia de opinión en cuestiones políticas o sociales. Este tipo de debates en Twitter, más bien, consiguen el efecto contrario, es decir, reafirmar aún más nuestras ideas u opiniones, aunque un 29% de los encuestados reconocieron que, en algunos aspectos, admiten haber cambiado algún punto de vista sobre algún tema gracias a las redes sociales.
Además, la mayoría de los encuestados respondieron que "los medios sociales distraen a la gente de los temas que son verdaderamente importantes". Somos conscientes de que las discusiones en Twitter no solucionan nada y nos distraen. Entonces, ¿por qué caemos? Quizás, como se dice en el vídeo, porque todos, nosotros incluidos, somos parte de este problema.