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El teatro, la gran pasión de Jaime Lorente: la trayectoria sobre las tablas del actor de ‘El Cid’

  • Aunque le conocemos por sus papeles en ‘Élite’, ‘La casa de papel’ o ‘El Cid’, Jaime Lorente es un gran apasionado del teatro.

A Jaime Lorente la fama le llegó de golpe. El actor, nacido en Murcia en 1991, acababa de mudarse a Madrid, justo después de graduarse en Arte Dramático, cuando le llegó la oportunidad de dar vida a ‘Denver’, uno de los ladrones de ‘La casa de papel’. La serie le dio fama y un nombre en España, aunque hasta que Netflix no la compró y renovó para su plataforma, no podemos hablar del fenómeno que hoy conocemos. Después llegó ‘Élite’, y ahí ya se terminó de desmadrar todo.

La vida de Lorente dio un cambio radical: pasó de ser un intérprete más a una parte fundamental de la fiebre por la serie de atracadores, que terminará próximamente con el estreno de la quinta temporada. Ahora acumula millones de seguidores en redes y la gente le para constantemente por la calle.

No es nada fácil, sobre todo si tenemos en cuenta que Lorente viene del mundo del teatro, un espacio mucho más limitado tanto por su público como por las posibilidades de difusión. Allí es donde aprendió a lidiar con su timidez y donde regresa siempre que se siente saturado. “En mi vida personal soy muy celoso de lo mío. Soy una persona muy cobarde y con muchos miedos. Pero encima de las tablas encuentro la valentía. Se me va la vergüenza.”, reconocía en una entrevista con La Razón.

El regreso de Lorente a las tablas

“Entré en el círculo maravilloso, pero complicado, de la industria de la ficción y llegó un momento en el que dije ‘tengo que reencontrarme’”, añadía. El teatro siempre ha sido la verdadera pasión de Lorente, que volvió allí después del confinamiento para protagonizar en el madrileño Pavón Kamikaze ‘Matar cansa’, un monólogo del dramaturgo argentino Santiago Loza que para el actor ha sido “un regalo”.

La obra sigue a un hombre que reconstruye la historia de un tipo al que admira mucho, un carismático asesino en serie que busca el significado de su vida a través de la muerte de los demás. Nunca se llega a saber quién es realmente el narrador de la historia ni el vínculo que tiene con el criminal: ¿Es una víctima? ¿Un familiar? Lo que está claro es que su admiración resulta incómoda para el espectador y que resultó “agotadora” para Lorente.

Su vuelta a los escenarios, que no pisaba desde hacía varios años (desde que estrenó ‘Esta no es la casa de Bernarda Alba’ en los Teatros del Canal), no fue sencilla. “En los primeros ensayos no podía decir la primera palabra porque empiezas y ya no callas hasta la última. Me dio mucho vértigo”, reconocía a La Razón. “La relación del narrador con el asesino es muy parecida a la del actor con el texto. Mi yo artista necesitaba exponerse al 100%, trabajar desde un sitio muy humilde para hacer algo sincero. Si no, el monólogo se cae redondo al suelo. Ha sido tan emocionante como frustrante. Una montaña rusa”.

Su experiencia teatral

Lorente nació en Murcia, en una familia de cinco hermanos que siempre le animó a dedicarse a la actuación. Fue en el instituto donde decidió que se matricularía en el bachillerato de Artes Escénicas; después estudió Arte Dramático en su ciudad. Más tarde, cursó un máster en estudios avanzados de teatro en la UNIR, así como varios talleres en teatro clásico, poética de Lorca o técnicas de interpretación.

Antes de emprender su trayectoria televisiva, Lorente tenía mucha experiencia sobre las tablas; a lo largo de su carrera ha participado en decenas de obras de teatro. En la Abadía formó parte de ‘El público’, junto a Irene Escolar, con La joven compañía actuó en ‘Hey boy, hey girl’ y en ‘Fuenteovejuna’ y con la ESAD participó en ‘El chico de oro’ y ‘El burlador de Sevilla’, entre otras. Empezó con los montajes de la RESAD de Murcia, donde ganó el premio María Jesús Sirvent por su interpretación de Allen en ‘Equus’, con la Compañía Ferroviaria, y luego los de la compañía Cambalache, con quienes giró por México y Estados Unidos.