Con la llegada del verano y la cercanía de la tan ansiada ‘nueva normalidad’, las excursiones al campo o al río o los días del mar, con sus correspondientes plagas de insectos, son bastante recurrentes. Aunque las picaduras no suelen provocar reacciones alérgicas, lo mejor es conocer los remedios y tratamientos contra el escozor y el picor que cada bicho puede provocar en nuestro cuerpo.
Uno de los vecinos más incómodos es el mosquito, que se cuela por las ventanas e incrementa su actividad delictiva con las altas temperaturas. Pueden convertir los sueños en pesadillas y, por la tarde, colonizar nuestra casa. En la mayoría de las especies, son las hembras de mosquito las que nos perforan la piel, succionan sangre e inyectan un anticoagulante, lo que provoca la inflamación y el picor habitual. Gracias a eso, pueden poner huevos después.
Una vez conocido el proceso que provoca las picaduras, llega la parte de ponerles remedio. Lo más fácil es aplicar agua fría o hielo en la zona afectada para reducir la inflamación, teniendo cuidado para no quemarnos. En las farmacias también venden tratamientos específicos para las picaduras de insectos, que contrarrestan el picor que produce el picotazo del mosquito.
Muchos objetos previenen la entrada de mosquitos: mosquiteras, pulseras o parches repelentes (aunque científicamente no se ha demostrado su eficacia) … durante el verano, también conviene alejarse de las fuentes de luz y evitar los perfumes dulzones. Si te vas a exponer al sol o vas a pasar el día al aire libre, puedes usar espráis o lociones, que protegen hasta ocho horas contra estos insectos voladores.
En la ropa, evita usar tonalidades brillantes en la ropa, muy atractivas e interesantes para los insectos. En general, también conviene evitar cualquier olor intenso o dulce, si no queremos acabar acribillados por los insectos.
Hay muchos remedios caseros cuyo uso está extendido, si bien no se ha comprobado que sean eficaces. Es el caso de la albahaca, una hoja de la que se asegura que, si la aplicas antes y después de exponerte a los insectos, los ahuyenta. La idea es aplicarse una loción con las hojas infusionadas: pon agua a hervir y mete la albahaca seca cuando la olla empiece a chisporrotear. Una vez infusione y se enfríe, aplícalo con un paño húmedo sobre la picadura.
El tomillo también puede ayudar a aliviar el dolor de la picadura. Estas hojas tienen propiedades antibacterianas y, si la aplicas sobre la herida, puede contribuir a que no se infecte, sobre todo si no has soportado la tensión y has acabado rascándotela. Puedes aplicar las hojas enteras o triturarlas e imponerlas sobre la herida durante diez minutos.
Si tienes vinagre en casa, también puedes aplicarlo: es un desinfectante natural y reduce la sensación de ardor en la zona. Puedes mezclarlo con agua y ponerlo sobre la piel dañada durante poco menos de media hora, y después limpiarla. Ocurre lo mismo con la pasta de dientes, que refresca y alivia, aunque conviene limpiar bien la zona para no dejar ningún resto en la herida.
El aloe vera también es un buen recurso contra las picaduras de mosquito. Primero, porque es antiinflamatorio y refresca, pero además porque ayuda a secar la piel. Lo mejor es echarlo sobre la zona herida y dejarlo hacer efecto, para hacernos con todas sus propiedades antisépticas. De hecho, el aloe vera no solo ayuda a aliviar las picaduras, sino que es un repelente de insectos bastante eficaz.
Ya sabes: el aloe es mano de santo, aunque conviene no abusar de él para no perder la hidratación de la piel. No solo a la hora de reducir el efecto de la picadura, si no también para evitar que los bichines se te acerquen. Como su olor es agradable y refrescante, puedes sustituirlo por esos perfumes dulzones que, como decíamos, conviene evitar.
También puedes añadir plantas por casa: son muy estéticas y, de paso, evitas que se acumulen los mosquitos en los pasillos. Es muy fácil de mantener y queda bien en prácticamente todas partes.