La notoriedad y sus altares mutan a velocidades imposibles para el que no está al día. Si hace décadas, lo que se llevaba era tener una placa con tu nombre en el paseo de la fama de Hollywood, ahora ese culto a las estrellas se juega en internet, las plataformas de emisión en directo y los nuevos ídolos de barro y bits: los streamers.
Eso fue lo que le pasó a TheGrefg hace unas pocas semanas, cuando mostró en un directo de Twitch sus nuevos laureles del césar: una skin del Fortnite creada expresamente a su imagen y semejanza. Como Narciso contemplando su propio reflejo en el lago, solo que ahora con millones de seguidores con la lengua fuera y pendientes de este hito. Hasta 700.000 estaban ya sentados frente a la pantalla cuando TheGrefg hizo el anuncio. Uno de los récords absolutos de la plataforma, con picos en las métricas de hasta 2,5 millones de espectadores.
La fama de este creador de contenido, otro de los muchos emigrados a Andorra para evadir la lupa del fisco español, no ha parado de crecer desde que le dio al botón de crear su primer canal de Youtube, en 2014. ¿Pero quién es TheGrefg? ¿Cómo ha sido su historia?
Detrás de este humano está David Cánovas, un murciano de apenas 23 años que ya es un auténtico veterano en monetizar sus kills y sus castillos de madera y piedra en Fortnite. Pensamos que tiene madera para los cimientos y los arbotantes que te protegen del enemigo que te busca. Debería haber estudiado Arquitectura.
Junto con El Rubius, Ibai, Vegeta o Cristinini, TheGrefg lleva tiempo entre los streamers más influyentes de nuestro país, y sus números, en palabras de cualquier conocedor del medio, no paran de subir como los cargadores del Call of Duty. Puesto que los ejércitos de estas guerras ya no se cuentan en Youtube, una plataforma que cada vez pone más trabas a los creadores de contenido, hay que mirar por el ojo de la cerradura de Twitch, donde TheGrefg tiene más de seis millones de seguidores. Aun así, Youtube sigue ganando. Ahí tiene más de doce millones. Es su atalaya, de clásica decoración gamer: neones, vinilos coloridos y sillas que horrorizarían a Mies Van der Roe. Ahí está cómodo. Ahí, por qué no decirlo, se hace rico.
TheGrefg empezó como muchos otros: un canal modesto de Youtube al que subía sus partidas en Modern Warfare 3. "Volvía del instituto y solo quería ver los vídeos de mis youtubers favoritos. Ese fue el inicio", cuenta. La suya ha sido una carrera meteórica similar a la de otros creadores de contenido que, sin apenas ruido, han conseguido hacer de su pasión por los juegos competitivos su profesión.
Es un ejemplo más de que los canales tradicionales de comunicación como la televisión y la radio van un paso por detrás en su captación de las nuevas audiencias, que prefieren Youtube o Twitch para seguir la actualidad; y la actualidad también la marcan videojuegos free to play como la saga Call of Duty, GTA o Fortnite. El caso de Ibai es un buen ejemplo. Sus audiencias no tienen nada que envidiarle a cualquier evento en prime time en una cadena generalista.
El camino de la recarga del AK47, el salto por los tejados, la lucha contra los niños rata en partidas interminables (sea en las áridas llanuras de Call of Duty o en los pastos verdes y los tejados de Fortnite), no ha sido fácil para David, que lleva casi ocho años aprendiéndose mapas virtuales de memoria para vencer al juego y llevarse raciones enteras de kills por partida: los mejores huecos para posar un rifle de francotirador y campear, el atajo más útil para rodear a ese Swat encolerizado que te busca para reventarte la cabeza como un melón.
Todo eso es el entrenamiento del gamer, la diferencia entre echar unas partidas o entrar con trompetas y fanfarrias en el terreno de los deportes competitivos. Pareja a su habilidad para cortar cuellos y recargar el arma han ido sus habilidades como orador. A su favor juega una voz poderosa y radiofónica, con la que acompaña todos sus directos, y una estética ya totalmente profesional. No queda nada de aquel adolescente con gallos en la voz que alguna vez se quedó en blanco mientras retransmitía una run.
Ya profesionalizado como gamer en competiciones de alto nivel, David ha tomado la senda profesional de otros compañeros del medio, pasándose a dirigir su propio equipo de e-sports, y con el respaldo de ciertas marcas importantes para sus planes de dominación virtual de las montañas de Fortnite. 2017 es el verdadero bautismo de fuego, el ascenso a un nuevo nivel en la partida de la notoriedad. Ese año se alía con Goorgo (Jorge Orejudo) para crear Team Heretics, una referencia en el mundo de los deportes electrónicos, y, como tantos otros influencers, publica libros como ‘Rescate en White Angel’ o ‘Todo sobre Team Heretics’.
El resto es historia: nuevos horizontes en Andorra para pagar menos impuestos y el reino de Twitch, donde Rubén compite para mantener la corona de los más vistos.