Más baratas, divertidas y populares: las disciplinas que expulsan las mancuernas y los press de los gimnasios para centrarse en el propio cuerpo están de moda. En los gimnasios, cada vez se organizan más clases que nos proponen entrenar con nuestro peso, sin añadir pesas, asegurando que así es más fácil estar en forma y evitar lesiones. Además, se ha probado que la práctica (continuada, como todo) de estas actividades permite resultados visibles, tantos o más que los que se consiguen después de levantar kilos y kilos de peso durante horas.
Los entrenamientos con peso corporal se han convertido en una máxima que se difunde no solo en los gimnasios, también en los hogares, donde basta con conectarse a YouTube para participar en una clase de cualquier deporte. Con la llegada de la cuarentena, muchos quisieron aprovechar los meses encerrados para ejercitar su cuerpo y mejorar la forma física; disciplinas como el yoga, el pilates o el Animal Flow no requieren de ningún objeto para ejercitarse, y fueron de lo más popular durante esos días de marzo. Esta última consiste, básicamente, en imitar posturas de animales: en cuestión de minutos pasas de ser un cangrejo a un escorpión, un león o un mono. De esta forma lo trabajas todo, desde la flexibilidad hasta la fuerza.
El secreto del éxito del Animal Flow está en ser una disciplina de bajo coste, muy completa y divertida, con resultados que se observan desde los primeros días. En Yasss te contamos un poco más sobre este deporte.
Este sistema de entrenamientos, creado por Mike Fitch, trabaja con movimientos fluidos de todo tipo. Lo más llamativo de muchos de ellos es que imitan las posturas de animales, pero estos ejercicios se intercalan con flexiones o sentadillas.
La premisa de Fitch, un estadounidense bronceadísimo y siempre sonriente en Google Imágenes, es que durante la evolución nos hemos olvidado de ciertos patrones de movimiento, muy saludables, que se mantienen integrados en nuestro ADN. Para ello, coloca a quienes se prestan a ello a cuatro patas y combina sus imitaciones de tortugas con posturas del yoga o incluso el surf, sin olvidar el fitness de toda la vida. Además, el Animal Flow es una disciplina rapidísima, que cuenta con transiciones específicas para hacer este deporte más fluido. De ahí lo del Flow, por cierto.
La mayor parte de este entrenamiento se suele hacer a cuatro patas, por lo que resulta más sencillo corregir la postura y mantener la espalda alineada. Además, se trabaja el estómago y los hombros, por lo que muchos deportistas han decidido integrar esta disciplina en su entrenamiento diario, completándolo así.
Lo mejor de este deporte es que puedes empezar desde cero, sin tener una forma física espectacular… incluso aunque, al principio, no des pie con bola. Los ejercicios requieren práctica, y es normal que al principio te cueste seguir el ritmo; nada que no consigas con constancia y un poco de esfuerzo. En muchos gimnasios se ofrecen en clases colectivas, pero también puedes contratar a un especialista en la técnica que te instruya en el Animal Flow.
Lo mejor es tomárselo sin prisa, pero sin pausa. El Animal Flow es un entrenamiento que enseña a moverse en el espacio de una forma distinta, retando al cuerpo y mejorando sus habilidades, pero sin quemar un gran número de calorías. Los avances en la flexibilidad, la agilidad o la potencia son visibles casi desde el principio, lo que resulta muy estimulante para los que empiezan a practicarlo; las mejorías se notan pronto y es fácil que te enganches. Además, si has practicado otros deportes, como el yoga o las artes marciales, quizás identifiques algunos de los movimientos de estas disciplinas en el entrenamiento; te será mucho más fácil hacerte al deporte.
Ahora bien, hay que tener muchísimo cuidado para evitar lesiones. Las contraindicaciones de este entrenamiento también están en mayúsculas: el tipo de movimientos que haces con el Animal Flow genera tensión en las articulaciones. Así que, si tienes algún problema con ellas, lo mejor es optar por otra disciplina. Además, hay que poner mucho esfuerzo en ejecutar correctamente los movimientos para evitar lesiones.
Todas las sesiones están perfectamente planificadas y guiadas por profesionales del Animal Flow, que han estudiado la disciplina para que resulte segura. Por lo demás, no tengas prisa en aprender: es una cuestión de constancia. Pronto sentirás el ‘animal’ que hay en ti.