Llevamos ya varios meses utilizando la mascarilla en nuestro día a día y muchos de nosotros ya nos hemos acostumbrado a llevarla, aunque tenga que ser en verano a 35 grados. No obstante, hay situaciones para las que jamás nos la ponemos. Es más, cuando no es obligatoria, muchas veces la intentamos evitar, como por ejemplo a la hora de hacer deporte.
Desde el inicio del desconfinamiento la mascarilla ha sido obligatoria para casi todo, con algunas excepciones como al hacer ejercicio al aire libre. ¿El motivo? Pues que esta podría dificultar la respiración y molestar a quien la llevase. Es más, hay incluso quien cree que estas pueden acabar con tus niveles de oxígeno. Pues bien, el doctor Tom Lawton, un médico de la UCI del Reino Unido, ha querido demostrar que esta teoría no es cierta.
Para ello ha decidido correr durante 35 kilómetros, casi una maratón, alrededor de su ciudad natal de Bradford, Reino Unido, con la mascarilla puesta y monitorizando en todo momento sus niveles de oxígeno.
Para monitorizar sus niveles de oxígeno durante todo el tiempo que estuvo corriendo y así poder rastrear los datos reales de cómo afectaba la mascarilla a su respiración, Lawton utilizó un oxímetro de pulso.
Para que sus niveles fueran los normales tendrían que ser superiores al 95% y así fue. Los estuvo comprobando cada media hora y estos se movieron durante todo el tiempo entre el 98% y el 99%; es decir, niveles de oxígeno completamente normales, a pesar de llevar la mascarilla.
Por tanto, en ningún momento sufrió problemas respiratorios como consecuencia de llevarla y pudo correr nada más y nada menos que durante 35 kilómetros sin ningún problema. Con esto, él quiere dejar claro que si él pudo prácticamente correr una maratón con la mascarilla puesta, ninguno de nosotros nos vamos a ahogar por llevarla para dar un paseo o correr media horita.
¿Lo más molesto de todo? El calor y que te sude la cara, pero vamos a ser un poquito sensatos... Creo que todos preferimos pasar un poquito más de calor y librarnos de un posible contagio por coronavirus a exponernos al virus para evitar que nos sude el bigote mientras corremos; que, no es por nada, pero nos va a sudar igualmente porque es verano y, en general, hace calor todo el tiempo.
Por tanto, y aunque a priori pueda no resultar muy cómoda, con este experimento Lawton lo que ha querido hacer es concienciar y demostrar que llevar la mascarilla cuando hacemos ejercicio no es peligroso, sino todo lo contrario. Lo es mucho más no llevarla, por mucho calor que puedas estar pasando. No obstante, para evitar el calor, hay que tener en cuenta que no todas las mascarillas dan el mismo calor; por ejemplo, en este caso las quirúrgicas son las más recomendables.