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Cadenas de WhatsApp, afeitados o lavado de manos: guía para sobrevivir a la desinformación sobre el coronavirus

  • El coronavirus es una preocupación para todos, pero hay que parar los bulos que se están generando

  • Dudas sobre el contagio, sospechas sobre su origen, y un sinfín de remedios están circulando por las redes

Los mitos, bulos y habladurías tienen la capacidad de propagarse más rápido que el mismo coronavirus. Desde que supimos de su existencia no hay una conversación en la que este virus no esté presente. Da igual si es con un compañero de trabajo, con tu madre o el vecino. La expansión del coronavirus es un tema recurrente y tiene también la asombrosa capacidad de que es salir el tema y sentirnos epidemiólogos al instante. Basta con que alguien a nuestro lado tosa o estornude y ya tenemos gracieta y diagnóstico al canto: ¡tú también eres víctima del COVID-19!

Sin embargo, más allá de caer enfermos por el virus estamos cayendo en otra enfermedad. Una especie de locura colectiva en la que ya no distinguimos lo que es real de lo que no lo es. Y es que en esa explosión por querer saber todo el rato más y más sobre el coronavirus nos la están colando con muchas fake news. Por ejemplo: hay informaciones que apuntan a que este virus se puede curar con agua de ajo hervida y, los más aprensivos ya han puesto a calentar sus ollas por si acaso. No vaya a ser que esto les pille desprevenidos. Y lógicamente la OMS ha tenido que intervenir para que no se nos vaya de las manos eso de las 'pócimas con ajos'. Se trata de parar a tiempo los bulos y toda esta desinformación que nos está llegando a diario.

De ahí que la primera recomendación que se esté haciendo es que solo compartamos las informaciones oficiales o que salgan de la OMS. Que no se nos vaya la cabeza ni caigamos en el puro alarmismo. No hay que hacer más daño con las especulaciones. Y, si la situación ha provocado que las búsquedas sobre el virus se disparen entre los ciudadanos españoles, se insiste en que tiremos de las notificaciones del Ministerio de Sanidad y del sistema público de salud ante todo.

Pero, realmente ¿qué es el coronavirus?

¿Cuándo nos tenemos que alarmar? ¿Cómo saber si estamos infectados por el coronavirus? A ver si ahora vamos a llamar a todo COVID-19. Que no nos confundan los síntomas de un resfriado o una gripe. Lo más importante es prestar atención a si hemos tenido contacto con alguien que ha estado en pleno foco de riesgo. Eso será el factor más determinante porque los síntomas principales no difieren mucho de los de una gripe común: tos, dolor de garganta, cabeza, fatiga, fiebre, malestar y dificultad para respirar.

Si se presentan esos síntomas y además hay un posible contacto por alguna vía con alguno de los focos de riesgo se deberá contactar con el teléfono 112 o en el 900 102 112, extremar precauciones y esperar nuevas indicaciones médicas.

Los coronavirus son una familia de virus descubierta en la década de los 60, pero cuyo origen es todavía desconocido. Sus tipos pueden provocar diferentes enfermedades, desde un resfriado hasta un síndrome respiratorio grave (una forma de neumonía). No vamos a restarle su importancia. Digamos, que no vamos a bajar la guardia, pero tampoco vamos a meternos en una burbuja. Un poquito de coherencia por encima de todo.

¿Cómo hay que lavarse las manos?

En segundo lugar, tomar las medidas genéricas de protección individual frente a enfermedades respiratorias. Hay que mantener una correcta higiene de manos. Esto es lo que haríamos ante una gripe y que es un poco de sentido común ante cualquier otra enfermedad por contagio. Nada que exija demasiado esfuerzo, ni que nos haga ser más histéricos de la cuenta porque es algo que deberíamos hacer habitualmente. ¡Que la OMS no nos ha pedido que calculemos un logaritmo neperiano!

Esto quiere decir ni más ni menos que hay que lavarse las manos con frecuencia (véase con jabón o soluciones alcohólicas). Las manos siempre bien limpitas. Y no es solo ponerlas debajo del agua y dejar que esta corra (eso sí, sin malgastar mucha). Hay que frotar con jabón a conciencia por las palmas y los lados.

Para completar el quid de la prudencia y respeto por los demás, se recomienda cubrirse la boca y la nariz con pañuelos desechables al toser o estornudar. Nada diferente a lo que haríamos con cualquier otro virus.

En tiempos de coronavirus aprender a toser no está de más

Se entiende que por la vida no vamos echando la tos al de al lado. Solemos ser más atentos. ¿Por qué íbamos a cambiar eso? Nuevamente el sentido común impera en otra medida contra el coronavirus.

Lo que se ha recomendado oficialmente es que ante una tos repentina o estornudos nos cubramos con un pañuelo o que lo hagamos con la parte interna del brazo. Puede parecer una postura un poco forzada o que estamos practicando un estiramiento, pero con eso reducimos posibilidades de contagiar virus a otros. Que las manos no van solo al pan, sino a la cara y a las manos de los otros...

Locura colectiva por el uso de mascarillas

El miedo al contagio de coronavirus nos ha hecho salir a la calle a buscar mascarillas a la desesperada. Esta carrera por desabastecer las farmacias y tratar de sacar las que se pueden de los hospitales podría parecer el argumento de una película de ficción, pero está pasando en la vida real. Tan loco como suena.

De ahí que la directora de la OMS, María Neira haya tenido que hacer una intervención para decirnos a las claras que esto se nos ha ido mucho. Tanto que las palabras que ha utilizado han sido "irracional" y "desproporcionado". Para la OMS todo lo que suponga utilizar mascarillas o material médico si antes no se tenía que utilizar por problemas de salud, ahora es una medida exagerada y, que por cierto, no protege frente a la infección. Peor aún, perjudica a personas que sí de verdad las necesitan y que no las están encontrando por culpa de esta psicosis. No hay peor epidemia que la del miedo.

La alerta a las barbas: otra mentira sobre el coronavirus

Cuando teníamos integrado que el pelo es alegría en el cuerpo ha saltado una imagen que, por poco acaba con todas las barbas del planeta. ¿Por qué este favor hacia los barberos? Porque se ha hecho viral (¡como no!) una publicación firmada por el CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos) en la que se indicaba que la barba y el bigote hacían perder la efectividad de las mascarillas.

Una información con truco y sacada de contexto. Un bulo más a los ya conocidos. La infografía que se pasea por nuestros teléfonos móviles data de 2017 y muestra que hay ciertos tipos de mascarillas que son más efectivas si se aplican en caras con poco pelo. Nada que ver con la actual crisis del coronavirus. Entonces que ¡paren las maquinillas de afeitar! Todavía podemos seguir diciendo lo de ¡larga vida a las barbas!

El mensaje de WhatsApp que suplanta al Ministerio de Sanidad

Las mentiras sobre el coronavirus han llegado hasta el punto de la suplantación de identidad. En este caso al mismísimo Ministerio de Sanidad. ¡Eso es apuntar alto! Los bulos y las nuevas formas de negociar con el COVID-19 los encontramos en nuestros teléfonos móviles a partir de un simple mensaje de WhatsApp.

Si nos llega tal mensaje es bueno saber que en él se nos da una serie de recomendaciones sobre cómo afrontar este virus y viene con premio extra: un enlace en el que nos intentan vender unas mascarillas. El reclamo perfecto en estos tiempos y la pista más visible de que estamos ante una trampa. ¡Menos mal que la Guardia Civil ha estado atenta!

"Ni caso a este mensaje que circula por WhatsApp. Suplantan al Ministerio de Sanidad para dar supuestas 'recomendaciones' contra el COVID-19 y un enlace para venderte mascarillas", han escrito los agentes. Y ante esta nueva forma de hacer phishing para dar con nuestros datos personales, solo se puede ignorar y denunciar para que no llegue a más gente.

Mascotas, cocaína y otras mentiras que la OMS ha desmentido

Si no había suficiente con los métodos falsos, las cifras inexactas o los vídeos e imágenes sacados de contexto, todavía hay muchos bulos por desmentir acerca del coronavirus. Este brote de desinformación también le está costando su esfuercito de contener a la OMS.

En lo que respecta a las mascotas, no hay pruebas por ahora de que los animales de compañía como perros o gatos puedan estar infectados con el nuevo coronavirus y, por tanto, tampoco serían responsables de propagar esta infección. ¡No les plantéis las mascarillas! Sin embargo, siempre es buena idea lavarse las manos con agua y jabón depués del contacto con estos. No por el COVID-19, sino por otras bacterias comunes (la Escherichia coli y la Salmonella) que pueden transmitirse entre mascotas y dueños.

Y no, aunque lo hayamos oído, la cocaína no cura el coronavirus. Otro bulo más para la colección. La broma del tuitero Bizzle Osikoya ha llegado tan lejos que la OMS ha tenido que intervenir de urgencia. En su sitio web lo han dejado claro: "La cocaína es una droga estimulante y adictiva. Su consumo causa graves efectos secundarios y es perjudicial para la salud de las personas", dice el comunicado.

Y, aprovechando que la ola de ocurrencias está ahora en su punto más alto también han puesto fin a otros bulos que, pueden parecer muy locos, pero también están llegando a la gente. El imaginarium colectivo es impresionante. Y claro, la organización ha negado que la enfermedad se pueda transmitir a través de picaduras de mosquito, que se trate con aceite de ajonjolí o lavándose las manos con orina de niños. ¡Esto ya se va de madre!

La solución de la OMS a tanta desinformación: TikTok informativo

Como era imposible dar a basto con tanto comunicado y desmentido, la OMS se ha puesto práctica. Contra la locura del coronavirus, la receta de un TikTok informativo. Así ha nacido @who, la cuenta de la organización que es una nueva vía de comunicación de todo lo que de verdad nos interesa. ¡Basta de bulos y de mentiras!

En sus dos primeros videos explica cómo debemos utilizar las mascarillas y da consejos sobre prevención y cómo actuar en caso de que presentemos síntomas del COVID-19. Y a juzgar por los números ha tenido un gran acogida: en apenas cuatro días, más de 180.000 seguidores.

Sobre todo: no hacer discriminaciones irracionales ni raciales

Y si después de todo esto queda alguna duda sobre lo que es real y no del coronavirus hay todavía una enseñanza más que aprender de esta guía. El miedo por esta epidemia ha provocado una ola de xenofobia en muchos países, sobre todo en Europa. La 'chinofobia' es real y ha llegado para provocar situaciones de lo más irracionales e injustificadas.

Tanto es así que los ciudadanos de origen asiático han denunciado la discriminación que están sufriendo con una campaña en redes sociales con el hashtag #NoSoyUnVirus. Lo dicen porque esto está pasando de verdad: los comentarios despectivos, la 'alerta amarilla', o el hecho de que sientan cómo se les hace el vacío por miedo al contagio.

Algo que demuestra que no es el coronavirus nuestro peor enemigo. Nosotros mismos y nuestros miedos somos más letales que cualquier virus.