Hay quienes se creen que por tener legiones de seguidores todo lo que publiquen en redes se va a traducir en dinero de golpe. Sí, así de automático. Y, aunque es cierto que un buen fandom que apoya a una cuenta hace que todo sea más fácil y que a veces lo que se diga se convierta en viral, eso no es siempre sinónimo de éxito y mucho menos de hacerse rico de forma exprés.
Aunque cueste verlo, esto es así y más si tenemos en cuenta todos los ejemplos de famosos que hay en la red y de los que llegamos a pensar que han visto un filón en eso de dar su opinión y consejos y que con eso, además, se embolsan unos euros. Pero, ¿es oro todo lo que reluce? No te pierdas el siguiente vídeo de PlayGround donde hablan de la cara b de los llamados "famosos pobres" en clave de humor:
En internet son muchos los que podrían hacerse llamar famosos porque cuentan con miles de seguidores, se les invita hasta a programas de televisión (su opinión importa), pero que toda esa repercusión no se traduce luego en dinero en la vida real. Son los llamados 'famosos pobres' y, seguramente hay más de los que podríamos llegar a imaginar solo que no lo reconocen, y por tanto, la gente no lo sabe.
Es tal vez la profesión del siglo XXI: ser influencer, famoso o un referente para los demás en las redes y más de 20 millones de personas ya han caído en ella, tal como recoge El Mundo. Un negocio que ha llegado para reinventar el mercado de la publicidad pero con el que no todos se enriquecen. ¿Qué puede fallar para no estar dentro de los que sí logran el éxito completo y, por supuesto, dinero?
Acumular likes, comentarios y followers da una sensación a veces errónea de éxito, una especie de burbuja en la industria del postureo que termina en tragedia para los que quieren sacar dinero de ahí sin ninguna estrategia y, tal vez demasiado rápido.
Luis Díaz, CEO de la agencia de influencer marketing Human to Human (H2H), describe muy claro en el artículo 'La gran farsa de los influencers' de El Mundo, el "fraude que algunos viven por querer ser famosos en las redes". Hay muchos aspectos a tener en cuenta y que pueden dar sentido a lo que él denomina de "burbujas infladas en las que creen los influencers". Entre los ejemplos que pone este CEO están que "la mayor parte de su comunidad puede ser falsa y su audiencia de muy baja calidad. Más de la mitad de sus seguidores sean bots (usuarios falsos automatizados) y alguien debe advertir de que un bot no compra camisetas".
De esta forma surgen en la actualidad estos nuevos perfiles de 'famosos pobres' que aparecen tratando de despuntar pero que no llegan a tocar techo porque aunque la burbuja del postureo sigue creciendo, ellos todavía no se están enriqueciendo con esto. ¿Qué es lo que necesitarían para dar un paso más?
Los expertos dicen que una persona tiene al día contacto con cerca de 3.000 marcas pero solo una de cada cuatro le resulta relevante y que se está produciendo el fenómeno del denominado 'Branded influencer fatigue' (BIF) o, lo que es lo mismo, estamos saturados de tanto famoso e influencer. Se buscan perfiles que den credibilidad y que no les importen tanto los números como lo que dicen.
En las redes sociales existe una regla no escrita: hay que saber dirigir muy bien el mensaje en función de la plataforma que se utilice. Hay que aprender a hablar, conversar y escuchar al conjunto de los usuarios y de esta forma adaptar el mensaje en función de las diferentes redes sociales sin perder una serie de valores.
Por eso Luis Díaz considera que cuatro son los elegidos que sobrevivirán a este fenómeno y serán verdaderamente ricos, mientras que el resto, esos 'famosos pobres', "tendrá que buscar otras alternativas para sobrevivir en el medio".