Desde que comenzó la pandemia del coronavirus hemos visto mascarillas de todo tipo, desde las quirúrgicas hasta las nada discretas que llevó Lady Gaga durante la gala de los MTV Video Music Awards en Nueva York. No obstante, no solo las mascarillas son ya un viejo conocido para nosotros, sino también los protectores faciales de plástico transparente, que cubren toda la cara de quien lo lleva. Y es que hay gente que prefiere utilizar estas pantallas a las mascarillas más tradicionales porque aseguran sentirse más cómodos con ellas o menos agobiados.
Ahora, con la vuelta al cole, unos investigadores de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Computación de la Florida Atlantic University, en Estados Unidos, han realizado un estudio para determinar cuál es la eficacia tanto de los protectores faciales de plástico transparente como de las mascarillas con válvulas.
El motivo de que este estudio se haya llevado a cabo ahora no es ni más ni menos que la vuelta al cole. Pues bien, según dice Siddhartha Verma, uno de los autores: "A medida que los estudiantes regresan a las escuelas y universidades, algunos se han preguntado si es mejor usar protectores faciales, ya que son más cómodos y fáciles de usar durante períodos de tiempo más largos. Pero, ¿qué pasa si estos escudos no son tan efectivos?". Es por eso, que antes de que esto ocurriese, estos investigadores lo han estudiado y han concluido que tanto estas pantallas como las mascarillas con válvulas son ineficaces para frenar la propagación del coronavirus.
Los investigadores utilizaron una cabeza de maniquí hueca y simularon toser o estornudar con un impulso de presión de una bomba manual. Al terminar los experimentos tanto con los protectores faciales como con las mascarillas faciales concluyeron que ambos son ineficaces.
En cuanto a los protectores faciales, estos bloquean el movimiento inicial hacia adelante de un chorro de tos o estornudo simulado, pero las gotas expulsadas pueden moverse alrededor de la visera con relativa facilidad y extenderse sobre un área grande dependiendo de las perturbaciones ambientales leves existentes.
En el caso de las mascarillas con válvulas, lo que ocurre es que una gran cantidad de gotas pasan a través de la válvula sin filtrar, lo que la hace ineficaz para detener la propagación del virus COVID-19 si la persona que usa esta mascarilla está infectada.
Por tanto, a la conclusión que han llegado estos dos investigadores es que ninguno de estos dos métodos son eficaces. Por tanto, lo mejor para minimizar la propagación de la COVID-19 en la comunidad son las mascarillas quirúrgicas o las de tela de alta calidad.
Es más, hay que tener también en cuenta que incluso las mejores mascarillas tienen algún grado de fuga. Por ello es siempre importante mantener la distancia de seguridad mientras se las usa para mitigar la transmisión; sobre todo si nos encontramos en espacios cerrados o con poca ventilación.