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Sabiduría oriental: 'Ikigai', el concepto japonés para entender el sentido de la vida

  • ¿Cómo encontrar el sentido de la vida? Esta ilustración japonesa te ayudará

  • Encuentra tu ikigai, tu razón para vivir, con este ejercicio japonés

¿No has pensado alguna vez en el sentido de la vida? Es humano hacerse ese tipo de preguntas, y más o menos todos hemos tenido un momento en nuestra vida en el que nos hemos parado a pensar si lo que hacemos tiene algún sentido o si nuestras vidas mismas sirven para algo. ¡Qué existencialistas!

Atormentarse por el sentido de la vida es tan común que la mayoría de las religiones se han tenido que meter en este charco y explicarnos qué debemos hacer mientras estamos vivos para aprovechar que pasamos por aquí lo mejor posible. Por ejemplo, el sentido de la vida para los católicos es ser muy buenos para luego poder ir al cielo.

Sin embargo, cada vez son menos los jóvenes que siguen las religiones de toda la vida y se acercan a otro tipo de movimientos o creencias. Según el informe 'Laicidad en cifras' de 2018, solo el 48.5% de los jóvenes entre 18 y 24 años se considera creyente. Por otro lado, una encuesta realizada en Newsweek también en 2018 mostró datos sobre cómo los jóvenes cada vez se acercan más al esoterismo creyendo en la astrología y el tarot.

Encuentra tu ikigai, tu razón para vivir

Realizar tu ikigai es un ejercicio de reflexión e introspección. El objetivo de este ejercicio no es que encuentres la felicidad, sino que entiendas qué es lo que debes hacer en la vida. Que entiendas "para qué vales", qué te hace sentir realizado, a qué puedes dedicar tu existencia.

Para ello, tendrás que hacerte cuatro preguntas:

- ¿Qué es lo que más te gusta en la vida?

- ¿Qué es lo que crees que el mundo necesita ahora mismo?

- ¿Por cuáles de las cosas que te gusta hacer te podrían pagar?

- ¿Qué se te da bien?

Sé sincero contigo mismo y responde libremente, sin miedo y sin prejuicios de "ya, pero es que esto no tiene salidas" o "ya, pero es que si me quiero dedicar a esto me tengo que ir del país".

En cuanto hayas contestado a estas cuatro preguntas empezarás a rellenar los primeros huecos. Después, es cuestión de combinar: piensa en algo que te encante pero que también sea necesario por el mundo. Entonces rellenarás el hueco de "tu misión"; piensa algo que necesite el mundo pero que también dé dinero, y rellena el hueco de "tu vocación"; ahora, algo por lo que te puedan pagar y que se te dé bien, habrás encontrado una posible profesión; y por último, algo que se te dé bien y te encante hacer, esa será "tu pasión".

A continuación, la cosa se complica un poquito más. Tendrás que combinar tu misión con tu vocación; tu vocación y tu profesión; tu profesión y tu pasión; y tu pasión y tu vocación. Habrán salido cuatro palabras que ya estarán muy cerca de tu ikigai.

En último lugar, relaciona esas cuatro últimas palabras que han surgido de la mezcla de todo lo anterior y piensa en lo que todas tienen en común. Habrás encontrado tu ikigai, el sentido de tu vida. Esa cosa que te apasiona, que te motiva, que te dará dinero y que te resultará fácil hacer.