A estas alturas de la evolución del reggaetón, sería extraño que no te sonase el nombre de Anuel AA. Durante los últimos años, el cantante se ha convertido en una de las figuras ineludibles del trap latin. Es, además, uno de los personajes más controvertidos de la escena de la música urbana. Anuel trae la polémica por donde pisa.
No importa que nos refiramos al contenido explícito de sus temas, siempre a la vanguardia del género, a su relación con Karol G (rompieron en 2011 como tantas otras parejas de moda, otro annus horribilis, no solo por el virus) o a su paso por la cárcel, un episodio de redención en su vida que le permitió crear y alumbrar su primer gran éxito.
Pero ¿cómo era Anuel antes de ser Anuel AA y convertirse en un ídolo para millones de fans del género urbano?
Te lo contamos.
Si es cierto el dicho de que la casta le viene al galgo, no es raro que Anuel AA siguiera unos pasos parecidos, aunque en géneros muy distintos, a los de su padre, José Gazmey: uno de los mejores músicos de estudio de Puerto Rico, reconvertido en productor influyente y presidente de Sony una vez abandonó las salas de conciertos y el estudio. Esta figura es clave en su vida. Gracias a la ayuda de su padre, el trapero se enganchó al amor por la música y pudo grabar sus primeros temas en el lejano 2009.
Poca gente sabe que, antes de alcanzar la verdadera popularidad como uno de los grandes y más polémicos representantes del trap latino, Anuel era prácticamente un desconocido que empezó su andadura aliándose con el trapero Cásper Mágico. Se hicieron llamar Anuel & Casper, y ya entonces alumbraron su primer éxito, ‘Somos gangstas’.
Ya como solista, en 2011, dio su primera nota en solitario con ‘Demonia’, y apenas un año más tarde, lanzó temas como ‘No se enamora’ o ‘Death Before Dishonor’. Faltaba todavía un tiempo para que grandes del reggaetón como Ozuna o Ñengo Flow lo apoyaran públicamente y Anuel se desmarcara con algunos de sus primeros hits virales: “Esclavo de tu cuerpo”, o “Street Poem”. En esta misma época, conoce al primer gran amor de su vida, Astrid Cuevas, con quien tiene al pequeño Pablo Anuel, uno de los motivos por los que Anuel anunciaría años después que dejaba temporalmente la música para estar más cerca de su hijo y recuperar los lazos que había perdido tras el divorcio con Astrid.
En paralelo a la salida de sus primeras canciones en solitario, el gangsta trap tomaba una de las decisiones más importantes de su carrera, la que sentaría las bases de su primer éxito: una comunidad de seguidores pequeña pero fiel que consumía compulsivamente sus temas en Youtube. Como el de muchos otros, su primer feudo y entorno de prueba. En las fotografías de la época puede apreciarse a un Anuel muchísimo más delgado, un estilo fiero y agresivo y fiel a un solo género: el trap. Aún faltaba tiempo para que se integrara a la perfección en la escena del reggaetón y se convirtiera en una de las figuras imprescindibles de un movimiento que entonces solo estaba experimentando sus primeras explosiones de éxito.
En septiembre de 2015, una gran oportunidad se le cruzó, y apareció en el videoclip del remix de ‘Esclava’, protagonizado por Bryan Myers. No es que su nombre sonara en el mundo del trap latino, es que todas las miradas se dirigieron hacia él de un solo volantazo. Curiosamente, justo después de aparecer en el videoclip, Anuel lanzaría su primer mixtape, ‘Real hasta la muerte’, el mismo título que usaría años después para su primer disco, a su salida de la cárcel. Solo con el mixtape, Anuel y la polémica se hicieron una sola criatura. Sus letras eran de un contenido tan explícito, con menciones continuas al alcohol, la noche y las drogas, que la mayoría de radios del país decidieron excluirlas de la programación.
Llegó la cárcel, en 2016, una experiencia que le obligaría a refugiarse en el amor a Dios y la fe y que lo transformaría radicalmente. Su amor por la música se hizo más fuerte que nunca tras las rejas. Y para suerte de sus fans, este idilio continúa hoy día.