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Detectar el ciberbullying es fundamental para saber enfrentarlo y acabar con el sufrimiento

  • Aprende a detectar el ciberacoso y descubre si estás sufriéndolo y cómo puedes actuar para terminar con él

El acoso, ya sea bullying escolar, bullying laboral o bullying social, es un problema al que tenemos que hacer frente entre todos siempre que lo detectemos. Y para poder ponerle solución es importante conocer en qué formas puede presentarse, cómo podemos reconocerlo y, sobre todo, cómo debemos actuar.

Para empezar, es importante saber qué es lo que se conoce como cyberbullying: Es el uso de los medios digitales (Internet, smartphones y videojuegos online principalmente) con la intención de acosar psicológicamente a terceros. Este acoso se da entre iguales, y aparece en forma de amenazas, insultos, comportamientos inapropiados, fuerzas de influencia directa o indirecta, ya sea de forma verbal, escrita o a través de una pantalla, con el fin de ridiculizar, atormentar o avergonzar a la víctima.

Este tipo de acoso es relativamente reciente, teniendo en cuenta la aparición de las nuevas tecnologías en nuestras vidas, y se da sobre todo entre jóvenes. Pero lo más importante para poder diferenciarlo de otro tipo de comportamientos negativos es conocer bien en qué formas puede presentarse. Estos son los 8 tipos de cyberbullying que podemos identificar, según sus características:

  • Insultos y faltas de respeto: La víctima recibe mensajes desagradables juzgándola o, directamente metiéndose con ella, ya sea con su aspecto físico o con cualquier otro aspecto.
  • Agresión verbal: La víctima recibe mensajes en los que se le increpa, perturba e incluso amenaza.
  • Difamación: A través de las redes sociales, de chats, webs, blogs o correos electrónicos se difunden informaciones falsas para degradar a la víctima. Bulos que pueden perjudicar su imagen.
  • Difusión de datos personales: Se publican datos personales de la víctima sin su consentimiento, ya sea una dirección o teléfono, o algún testimonio privado que reveló en confianza a alguien en algún momento.
  • Usurpación de identidad: Puede crear un perfil falso de la víctima o utilizar sus cuentas personales para realizar comentarios en su nombre que pueden resultar crueles, agresivos y problemáticos.
  • Ciberpersecución: Es una forma de acoso muy agresiva en la que la víctima recibe continuos mensajes vejatorios a través del móvil, las redes sociales o el mail. Estos mensajes pueden ser amenazantes, pueden ser faltas de respeto o insultos.
  • Bloqueo en las redes sociales: La víctima es bloqueada y no se le permite el acceso a alguna red social para aislarla.
  • 'Happy slapping': Esta tendencia nació en Reino Unido pero, tristemente, se ha extendido por todo el mundo. Consiste en grabar una agresión física a la víctima para difundir después el vídeo a través de diferentes plataformas digitales.

Todas estas formas de ciberbullying tienen como objetivo burlarse de la víctima, amenazarla, chantajearla, acosarla, atacar su imagen y aislarla. Las consecuencias de esto pueden llegar a ser muy graves, infundir el miedo en la persona afectada, que puede sufrir depresión, rechazo social, problemas de autoestima e inseguridad.

¿Qué debes hacer si eres víctima del ciberbullying?

Para empezar, debes evitar aceptar solicitudes de amistad de personas a las que no conoces de nada. Si recibes mensajes incómodos, faltas de respeto e incluso fotografías desagradables que no has pedido, es recomendable que no entres en el juego, nunca respondas ni sigas la conversación y, si es necesario, bloquea al emisor de esos mensajes.

Si la cosa continúa y va a más, pasando a las amenazas y la coacción, recopila y conserva toda la información ya que podrá serte útil si tienes que presentar pruebas contra la parte acosadora para poner una denuncia.

Puede que en algún momento sientas la tentación de difundir a través de internet la identidad del acosador o acosadora, sus conversaciones, vídeos, fotos o audios, para denunciar la situación que estás viviendo, pero esto no es recomendable ya que podría volverse en tu contra. Esa persona podría llegar a denunciarte por difundir sus datos personales y, en ese caso, serías tú quién estaría también cometiendo un delito.

No respondas a chantajes ni amenazas. El miedo es una herramienta muy poderosa, pero tienes que compartir tu situación con alguien que pueda ayudarte, ya sean tus padres, amigos, algún responsable de tu centro educativo o trabajo que pueda tomar medidas, o directamente la policía.

Si has sufrido una suplantación de identidad, reporta lo ocurrido al lugar en el que ha tenido lugar. Es decir, si ha sido a través de una red social, envía un mensaje a Facebook, Twitter o Instagram contándoles todo lo ocurrido. Todas estas plataformas digitales cuentan con una opción de reportar en la que un departamento se encarga de gestionar todos estos casos, que son más habituales de lo que podemos llegar a pensar.

Y si lo consideras necesario, acude a la policía o llama al 091 para identificar a la persona que te está acosando.

¿Qué puedo hacer si detecto que alguien está sufriendo acoso?

El ciberacoso es un problema muy habitual, pero todos podemos hacer algo para frenarlo. Si eres testigo de algún caso, no dudes en animar a la víctima a denunciarlo. Aprende a reconocer las señales si ves cambios de humor en una persona cercana.

Algunas actitudes poco habituales por su parte pueden darte pistas sobre lo que está ocurriendo: si sientes que está más triste, se aísla en los eventos sociales, no quiere usar su móvil y se altera cuando suena por alguna notificación. Si notas que tiene miedo de ir a clase, al trabajo o a alguna fiesta, cierra sus perfiles en redes sociales sin ninguna explicación creíble, puedes sospechar que algo no va bien.

Ten en cuenta que el ciberacoso no siempre ocurre de forma discreta, hay algunos acosadores que no tienen ningún problema en practicar el ciberbullying de una forma pública, con mensajes abiertos a través de las redes sociales. Por eso, si detectas que alguien de tu entorno puede estar sufriendo acoso a través de las redes sociales o el móvil, tiéndele la mano, aconséjale sobre cómo puede actuar y ayúdale a salir de esa amenaza. Recuerda que entre todos podemos construir una comunidad segura y a ti te gustaría que hiciesen lo mismo por ti.