Vale, lo reconozco: me he tragado todas las fotos del Instagram de Bad Bunny. 873 imágenes, publicadas en la red social hasta la fecha para sus más de 28 millones de seguidores. He podido comprobar, durante un rato bastante hipnótico, que el Conejo Malo conoce a todo el mundo; por su feed pasean JLo, Rosalía o J Balvin, mucho antes de que ambos colaborasen en el disco ‘Oasis’ (2019). Pero, más allá de su larguísima lista de contactos, destacan los cambios de look del portorriqueño, una estética muy bien construida que le ha ayudado a pasar, en cuestión de cuatro años, de total desconocido a icono del trap internacional.
El sonido latino está marcado por la estética de intérpretes como Benito Antonio Martínez Ocasio (su nombre real), quien entra a su público tanto por los ojos como por los oídos. La clave está en sus ritmos pausados (por debajo de los 100 pulsos por minuto), producciones cercanas al trap, un estilo de rapeo muy característico y una estética que trata de acercarse a la calle tanto como puede, aunque sus letras siempre llevan el lujo y el desenfreno por delante.
Su primera foto en Instagram es una selfie publicada el 5 de noviembre de 2015. En ella, aparece sobre lo que podría ser una manta de pelo gris, con una cadena dorada y el gesto contraído, enmarcado por unas cejas oscuras y bien definidas y unas gafas de pasta negra, rectangulares. En la foto, el chico (1993) ya aparece con su característico rapado, aunque todavía no perfilaba los diseños imposibles con los que la mayoría le conocimos. Lo que sí podemos ver, en esta y las siguientes fotos, es que su amor por las gafas viene de largo.
Partiendo desde aquí, en Yasss hemos hecho un breve recorrido por algunos de los cambios de look más reconocibles del Conejo Malo. Y tú, ¿con cuál le conociste?
Las primeras fotos de Benito, ya como su alter ego Bad Bunny, dejan entrever lo que se podrá ver más adelante, pero se acercan más al estilo ‘clásico’ del rap que a los neones y flúor a los que nos tiene acostumbrados. En la foto, del 16 de noviembre de 2016, podemos verle con unos pantalones de chándal ajustados al tobillo y una sudadera con capucha. Un look de lo más sencillito, que acompaña con su rapado más apurado y unas gafas de sol rectangulares.
Camisa de patchwork muy colorida, pecho abierto lleno de cadenas doradas, unas gafas con más montura que lente y un rapado con dibujo tribal, acompañado de un corte en la ceja izquierda. Este look de Bad Bunny, de principios de 2017, que todavía no había lanzado su primer álbum (aunque ya se estaba dando a conocer), ya apunta al Benito que conocemos hoy.
Cuando Bad Bunny se tiñó el pelo de rosa por primera vez (lo ha hecho en más de una ocasión, y con distintos tonos), una usuaria le escribió en Instagram, “estás comestible, pareces un algodón de azúcar”. Este cambio de look, que podría parecer bastante atrevido en otros traperos, en él resulta orgánico. De hecho, nos tiene acostumbrados a sus outfits con marcas de ropa ‘genderless’ y a las alfombras rojas con uñas de gel, así como una actitud que se podría “leer como queer”, tal y como explica Mariana Viera en un artículo de Vice.
Sin embargo, para triunfar en ese entorno debe compensar esa estética con una actitud impregnada de heterosexualidad (“tengo la blanquita que me hace lap dance / la rockerita que se lo meto con to’ y Vans / las prietas, las rubias, modelos y eso sin contar todas las fans”, canta en ‘Soy peor’) y, en ocasiones, de sexismo, como se puede observar en algunas de sus letras.
Otros artistas queer del trap y del reggaetón, “creadores de la estética femenina por la que tipos hetero como Bad Bunny han sido elogiados, han tenido que abrirse rutas por sí mismos”, como las redes sociales o plataformas de streaming, según explica Viera.
Desde 2018, las fotos de Bad Bunny en Instagram están cargadas de gafas de plástico con formas imposibles, un accesorio que no tardó en convertirse en la prenda estrella del verano del verano pasado. En todos los festivales (qué tiempos aquellos) había unas y todas las tiendas vendían su propia versión de este objeto que, por cierto debe reciclarse en el punto limpio, nunca en el contenedor amarillo.
Para Bad Bunny no hay techo. Cuando publicó esta foto, en febrero de este año, todos los comentarios aludían a su parecido con el famoso narcotraficante Pablo Escobar. Un usuario bromeaba en los comentarios “Narcos: season 3???”, y resulto ser cierto: hace unas semanas nos enterábamos (oficialmente y vía Netflix, aunque había rumores desde mayo) de que Benito intervendrá en la tercera temporada de la famosa serie. Dará vida a Arturo Kitty Pez, un miembro de los Narcos Juniors de Ramón Arellano Félix. Los capítulos estarán ambientados en los años 90, según informó la compañía en una nota.