¿Cara de pocos amigos y un nombre bastante tierno? Solo podemos estar hablando de Bad Bunny: cantante, compositor y una de las grandes tendencias de los últimos años. El puertorriqueño ha conseguido poner de moda los rapados imposibles, el gesto con los meñiques en la cara y las gafas de formas extrañísimas y colores incombinables. El alter ego de Benito Antonio Martínez Ocasio es todo un éxito, aunque mucho más reciente de lo que parece: hasta hace apenas unos años, Bad Bunny era un chaval que trabajaba como reponedor en un supermercado de su ciudad.
Los últimos años, la carrera de Bud Bunny ha sido meteórica. Tanto es así, que resulta casi imposible seguirle el ritmo de publicaciones, homenajes y reconocimientos sin perderte nada. Por eso, en Yasss hemos hecho un recorrido por su trayectoria a partir de los reconocimientos que le ha valido su música. ¿Te apuntas?
Bad Bunny tiene cuatro álbumes: ‘X 100pre’ (2018), YHLQMDLG (2020), ‘Oasis’ (junto a J Balvin) y el recopilatorio Las que no iban a salir (2020), publicado durante la cuarentena. Pero, hasta hace tan solo cuatro años, Benito Antonio Martínez Ocasio (¡directamente del espacio!) trabajaba como reponedor y empaquetador en un supermercado de Puerto Rico. “Yo en el 2016 estaba trabajando en un supermercado. En 2017 estaba en los Latin Grammys. Eso es una muestra de superación, yo era como cualquier joven que trabajaba por lo suyo”, declaró en una entrevista con Telemundo.
Su amor por la música ya le acompañaba entonces. Bad Bunny comenzó a cantar alrededor de los cinco años, y para cuando cumplió 13, ya componía sus propios temas. El intérprete intentó estudiar Comunicación Audiovisual en la universidad, pero pronto decidió que no era lo suyo y optó por centrarse en la música. Cuando no estaba trabajando, construía temas que más tarde subía a distintas plataformas, como Soundcloud o Instagram. Fue ahí donde le descubrieron. Con su primer éxito, ‘Diles’ (junto a Ozuna, Ñengo Flow, Farruko y Arcángel) saltó a la fama. Desde entonces, su nombre no ha dejado de escucharse.
Los reconocimientos internacionales a la carrera de Bad Bunny no se han hecho esperar. En 2018 ganó el MTV Video Music Award a la Mejor canción del verano por ‘I Like It’, ese tema en el que colaboraba con Cardi B y J Balvin y con el que no dejamos de bailar en todo el año. Ese mismo año, también ganó los Latin American Music Awards a Artista del año y a Canción urbana favorita, gracias a su featuring con Becky G en ‘Mayores’.
Después vinieron los Billboard Latinos, los Juventud, los lo Nuestro o los Herencia Hispana, entre otros muchos. En total, más de una treintena de galardones que adornan las estanterías y armarios de la casa de Bad Bunny, recogidos a lo largo de los últimos dos años. Todo eso sin tener en cuenta las portadas, festivales y titulares que el Conejo malo ha protagonizado en los últimos años. Si lo importante es que hablen de ti, él lo ha conseguido.
Quizás el galardón más controvertido fue el que recibió este año como mejor compositor, un premio que otorga anualmente la Sociedad Americana de Compositores, Autores y Editores (ASCAP). Sus detractores denunciaban que se premiasen unas letras que, en ocasiones, pueden resultar ofensivas. Aunque la ASCAP emitió un comunicado oficial (“ASCAP premia las primeras 50 canciones más sonadas del 2019 en radio terrestre y ‘satelital’ de formato latino. Los números en esta edición del premio indiscutiblemente otorgaron el Premio a Bad Bunny”, aclaraban), las aguas no volvieron a su cauce.
Actrices y artistas puertorriqueñas como Ángela Meyer o Sharon Riley denunciaron en sus plataformas la distinción, según recoge Efe en una nota. De hecho, Riley, hija de la poeta y figura de la canción de la isla caribeña Sylvia Rexach, llegó a contactar con la ASCAP para retirar del catálogo de ASCAP el repertorio de su madre, aunque una vez allí se encontró con que “quien le atendió no sabía ni la identidad de su famosa madre”, explican desde la Agencia.
Sea como sea, ASCAP no le ha retirado el título a Bad Bunny, que ahora acumula casi cuarenta títulos importantes en su palmarés. Y, estamos seguras, aún quedan por llegar muchos más.