Para desgracia de los amantes de las gabardinas, los picnics en el parque y las fotos en Instagram de los almendros en flor, este año nos hemos saltado toda la primavera. Dos meses de entretiempo que han ido directamente a la basura por la pandemia y que, ahora que empezamos a salir a la calle, echamos mucho de menos.
¿Quién no ha salido estos días a una terraza en vaqueros y ha vuelto a casa con el culo empapado en sudor? Entramos en cuarentena con el abrigo puesto y salimos superando los 30 grados en muchas provincias españolas. Con las altas temperaturas llegan las sobaqueras y el mal olor corporal, una cuestión que provoca malestar a muchas personas y que puede estar condicionada con la dieta. En Yasss te contamos qué alimentos tienen fama de producir un olor más fuerte.
Antes de nada, si notas que tu olor corporal es muy fuerte quizás deberías pedir cita con un médico, para descartar otro tipo de patologías como la bromhidrosis, un problema relacionado con las glándulas sudoríparas y que resulta en una excreción corporal particularmente olorosa. Este trastorno tiene soluciones un poco más invasivas que cambios en la dieta, como pueden ser las inyecciones de bótox.
En cualquier caso, sudar, sudamos todos. En nuestro cuerpo hay dos tipos de glándulas sudoríparas, cuya función es regular el calor corporal, eliminar toxinas y restos metabólicos mediante la evaporación del sudor: las ecrinas, que se reparten por todo el cuerpo y se dedican a evaporar agua corporal, y las apocrinas, que se concentran en las axilas, los genitales y los pies. Estas últimas están más relacionadas con estas excreciones y, por tanto, con el olor corporal.
El mal olor condiciona la forma en que nos relacionamos con otros y puede acarrear ciertos problemas. Por eso, cuando el olor es muy fuerte muchos expertos recomiendan la depilación (sobre todo en la zona axilar) y lavar las zonas con jabones neutros, para después secarlo todo muy bien. Solo así se evita el crecimiento de bacterias.
No hay que ponerse nervioso: la mayoría de los alimentos de los que te vamos a hablar en este artículo no tienen por qué dar problemas si están integrados en una dieta equilibrada y se ingiere el número de porciones recomendadas. Incluso si somos muy obsesos de uno de estos alimentos y lo añadimos a todos los platos que cocinamos, no suelen dar problemas. Ahora bien, la fama (y los estudios que la avalan), la tienen. Allá van.
El ajo y la cebolla encabezan este ranking de productos que nos la pueden jugar. Los dos son bulbos conocidos por sus propiedades que contienen antioxidantes y sulfóxidos, unos vasodilatadores que son los que producen ese olor. Estos componentes no son tóxicos, pero pueden pasar al torrente sanguíneo y a los tejidos, desde donde serán excretados, provocando un olor más fuerte.
Pasa lo mismo con las carnes rojas: una dieta que abusa de proteínas y no cuenta con suficientes hidratos de carbono puede provocarle al cuerpo un esfuerzo excesivo para obtener energía, contribuyendo con ciertas transpiraciones malolientes. Las especias también son damnificadas en esta lista, sobre todo las más fuertes, como el comino, la cúrcuma y el curry: cuando se expulsan, potencian el olor de la transpiración.
Los lácteos tampoco se salvan. Un abuso de ellos, en cualquiera de sus formas, puede hacer que aumentemos la proteína en nuestra dieta sin proporcionarlo con los hidratos, un poco en la línea de lo que ocurre con la carne roja.
Conviene evitar la comida procesada, los fritos y los azúcares refinados… y, por supuesto, las bebidas alcohólicas, otro ejemplo de un producto de origen natural que, en abuso, puede provocar un olor desagradable. Ocurre lo mismo con el café, del que muchos estudios dicen que puede poner de manifiesto los malos olores provocados por otros alimentos. Es decir, no resulta problemático por sí mismo, pero como acelera el metabolismo, la transpiración aumenta: si hemos consumido alguno de los productos de la lista, puede delatarnos.
Puedes probar a reducir el consumo de estos productos, mejorar la higiene o beber más agua, e incluso incluir en tu dieta productos probióticos que te ayuden a regular el tránsito intestinal. Y si nada de esto funciona, quizás no estés enfocando bien el problema. Un médico te ayudará a identificar el origen de tu fuerte olor corporal y ponerle fin.