Si alguien ha sabido leer las tendencias de las redes sociales y aprovecharlas, esa ha sido Dulceida. Aida Domènech es considerada como la primera influencer, porque ella fue una de las pioneras en vivir de las colaboraciones conseguidas gracias a su visibilidad en redes.
Un trabajo que le ha llevado hasta lo más alto, el sitio en el que está ahora y que le ha convertido en referente para otros muchos creadores de contenido, que ven en su recorrido un ejemplo a seguir en la profesión.
La vida profesional de Dulceida es todo un éxito, ella ha sabido encontrar el equilibrio para que sus seguidores le acompañen en su vida, pero sin que esta sea el único contenido de sus redes.
Esto no hace que su vida personal resulte menos interesante. De hecho, su relación con Alba Paul es una de las más seguidas, no solo porque conocerla y enamorarse de ella supusiera para Aida un punto de inflexión en su vida -hasta el momento solo había tenido relaciones con hombres-, también porque se han convertido en una de las parejas más queridas de las redes.
También era considerada una de las más sólidas, protagonizando una romántica boda a la que no faltó nadie, celebrada tras una no menos romántica pedida, pero la pareja decidía tomar caminos separados y darse un tiempo.
Por suerte para sus fans, el amor entre ellas era más fuerte y en 2023 se confirmaba que habían decidido darle una nueva oportunidad a su relación. “Ahora es para siempre”, aseguraba sobre su relación.
Aunque ahora Dulceida es de sobra conocida, con docureality sobre su vida incluido, hubo un tiempo en el que la influencer intentaba hacerse un hueco en este mundillo y fue su pasión por la moda la que consiguió que llamara la retención de la gente y que cada vez se sumaran más seguidores a su Fotolog.
En esta red social aterrizó en 2009, aquí solo se podía publicar una vez al día y a pesar de ello, pronto vio como sus contenidos despertaban cada vez mayor interés, eso le llevó a tomar la decisión de crearse su propio blog. Allí compartía looks de moda y viajes, un espacio de estilo de vida que consiguió captar la atención de su público y gracias al que consiguió sus primeras colaboraciones.
“Me acuerdo de que la primera cosa que hice fue con Santa Eulalia, una tienda de Barcelona, y me dijeron: 'Vienes a la tienda y te haces unas fotos con todos los que quieras'. Me pagaron 400 euros", revelaba en una entrevista para 20 Minutos.
En 2011 publicó su primera fotografía en Instagram y el resto, como se suele decir, ya es historia. Compaginó su actividad en esta red social con su canal de YouTube, algo imprescindible durante mucho tiempo. En este canal podía explayarse un poco más y acercarse más a sus seguidores, aquí fue donde compartió con todos que es bisexual y lo volvió a utilizar para explicar su separación.