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Taylor Swift y sus radicales cambios de estilo con cada nuevo disco

Taylor Swift es una de las artistas mejor valoradas, más queridas y más seguidas, prueba de ello es que cada vez que salen a la venta las entradas para alguno de sus conciertos, las colas son interminables y muchos de sus fans se quedan con las ganas de disfrutarla en directo, aunque por suerte algunos tienen la fortuna de una segunda oportunidad conforme amplía la lista de conciertos. 

Su vida ha ido marcando su discografía, el tono de sus canciones y su ilusión con respecto al amor, pero su discografía también ha ido marcando su estilo. Taylor vive cada proyecto como un todo, su música refleja su vida… y su vida hace lo propio con su música. 

Por eso no es raro que, con cada disco en el mercado, Swift haya mostrado algo nuevo de ella, algo diferente. Sus cambios de look han seguido un camino muy parecido a la evolución de su arte. 

Los cambios de Taylor Swift

Ahora es toda una estrella pop, pero fue gracias al country como se dio a conocer. Nacida en Pensilvania, se mudó con 14 años a Nashville, lo que parece que influyó en sus primeros pasos en el mundo de la música. Su primer disco (2006), homónimo, se movía en este terreno, pero también lo hacía el siguiente, ‘Fearless’ (2008), con el que verdaderamente comenzó su triunfo. 

En esta época, Taylor potenciaba su belleza sureña con looks country, vestidos delicados, botas vaqueras y colores otoñales, que con Fearless se acercaron más a los looks bohemios, llevó el cabello largo, rubio y con los rizos naturales. Con su siguiente disco, ‘Speak Now’ (2010) no solo abrazaría su lado más romántico, también sus estilismos más dulces con una especial relevancia del color morado. 

Abraza los estilismos más femeninos, con looks clásicos, de hecho los looks de aire retro se convertirían en su seña de identidad con ‘Red’ (2012). Faldas y pantalones de tiro alto, looks de inspiración años 40 y 50, y, sobre todo, su labial rojo, que sería su seña de identidad. Convertida en una reina de estilo, llegaría ‘1989’ (2014), brillos, crop tops, minifaldas… la artista apostó por la música pop, pero también por dejar salir su lado más sexy. 

Con ‘Reputation’ (2017) no esquivó la polémica y dejó salir su lado más cañero y también más oscuro. Apostó por los looks en color negro, el cuero y los detalles metálicos, los encajes, las lentejuelas… y una actitud intimidante, con letras sobre la confianza en uno mismo y la venganza. Coincidió con su amarga disputa con Kim Kardashian y Kanye West.

Con ‘Lover’ (2019) esa etapa quedó atrás, llegó a su vida Joe Alwyn y la artista volvió a creer en el amor y lo hizo apostado por los cortes románticos y los colores pastel, sobre todo el rosa. 

‘Folklore’ y ‘Evermore’ llegaban sin mucho tiempo de diferencia y tal vez por eso comparten parte de su esencia, con toques otoñales e incluso ‘cottagecore’ que también han quedado reflejados en sus estilismos, minimalistas, neutrales, naturales. Looks que dejó a un lado durante su Taylor’s Version, cuando para no perder toda su música, decidió regrabarla y así mantener los derechos. Incluso lució en televisión un ‘vestido de la venganza’. 

‘Midnigths’ es su último disco, uno que prometía convertirse en heredero de ‘Lovers’, pero que su ruptura sentimental ha convertido en algo diferente. Lentejuelas, brillos y trajes ajustados llenan de luz a la artista con cada actuación, que promete ser un gran espectáculo sobre el escenario.